Diez tendencias a largo plazo que deja el Covid en la economía según Credit Suisse

1. Riesgos extremos derivados de la inflación 

El contexto de inflación favorable de las últimas décadas persistirá a medio plazo, pero los riesgos extremos derivados de la inflación y la deflación han aumentado. 

2. Multilateralismo 2.0 

El multilateralismo o bien se reajustará y se reformará, o bien cederá ante el multipolarismo como resultado de las interacciones entre Estados Unidos y China. 

3. Democracia/autocracia 

Ambas opciones pueden fracasar o prosperar en una pandemia, ya que la gestión de crisis, la capacidad del Estado y la confianza de los ciudadanos importan más que los sistemas políticos. Ambos seguirán coexistiendo. 

4. El gran Estado

Las grandes extensiones del poder estatal durarán más que la crisis y darán pie a cambios deseables, pero al mismo tiempo aumentarán el riesgo de socavar la dinámica del mercado y la responsabilidad individual. 

5. Deslocalización 

La globalización no se revertirá, sino que se ralentizará aún más, con un mayor énfasis en la diversificación regional, la deslocalización de la producción y la resiliencia en lugar de la eficiencia en cuanto a costes. 

6. Vigilancia 

La vigilancia y la recopilación de datos personales permiten ahora que los Estados y las empresas pasen a ser imperios de la información. La protección exhaustiva de la privacidad resulta crucial. 

7. Trabajo 

El teletrabajo ha llegado para quedarse, lo que fomentará una flexibilización aún mayor y nuevas normas en el mundo laboral. 

8. Educación

La formación permanente se convertirá en una parte clave de la vida de todas las personas de cara a crear una fuerza laboral adaptable y desarrollar capacidades que hagan hincapié en la ventaja del trabajo humano sobre el efectuado por máquinas. 

9. Desigualdad

La desigualdad seguirá siendo un punto central y posiblemente dará pie a unos impuestos más redistributivos, lo que generará flujos de trabajo y de capital para dar respuesta a ello. 

10. Descentralización 

Las ciudades sobrevivirán, pero se adaptarán, liberando espacio para una mayor descentralización regional y un renacimiento de las pequeñas ciudades en el mundo desarrollado.