Hasta ahora, cuando un país ha de corregir su déficit excesivo, Bruselas le imponía un ritmo mínimo de reducción de su déficit estructural del 0,5% del PIB anual, pero los Veintisiete estiman que la consolidación deberá ser más ambiciosa y tendrá que rebasar en buena medida ese porcentaje en la mayor parte de los estados miembros