La primera prueba de fuego a nivel político en la eurozona ha sido pasada con éxito, pues en las elecciones generales holandesas el pueblo ha votado a favor del mantenimiento del actual primer ministro, el liberal de derechas Mark Rutte, dando la espalda a Geert Wilders, el candidato racista y antieuropeísta que llegó a superarlo en las encuestas.


Tras el éxito del Brexit y la victoria de Donald Trump en las elecciones estadounidenses, el populismo xenófobo ha recibido su primera gran derrota en Occidente.

 
Geert Rutte ha quedado en primer lugar con 33 escaños, lejos de los 76 que se necesitan para formar Gobierno, por lo que ya ha iniciado conversaciones para crear una coalición.