Durante todo el tercer trimestre, las compañias estadounidenses obtuvieron muy buenos resultados, con un rendimiento del 7,9% en euros. La imposición de los aranceles de importación ya anunciados por Estados Unidos y las represalias de China apenas han afectado a los mercados, ya que fueron anticipados ampliamente y se consideraron en gran parte moderados, limitándose en una primera fase al 10%.

Ahora el mercado comienza a digerir la temporada de presentación de resultados, que recientemente comenzó, y en la que los recortes de impuestos que se han implementado en los EE. UU. seguirán desempeñando un papel relevante en la comparación con las cifras del año anterior. En este punto, las estimaciones del consenso apuntan a un aumento del 19% en los beneficios de las compañías del S&P 500. Los participantes del mercado analizarán las indicaciones de presión sobre los márgenes (salarios más altos) y el posible enfriamiento del conflicto comercial.

Entre tanto, el dólar estadounidense se mueve a merced de la búsqueda de refugio. En agosto se apreció como resultado de las tensiones que afectaron a ciertas monedas de mercados emergentes. Una vez que la situación se estabilizó en los emergentes, la demanda de refugio del dólar estadounidense se debilitó, hasta que surgieron las incertidumbres relacionadas con los presupuestos italianos a finales de septiembre.

En el campo de política monetaria, la Reserva Federal confirmó en su última reunión su agenda de aumento de tipos esperada y, a juzgar por la caída del precio del oro, puede considerarse que el mercado confía en que esto será suficiente para contener las presiones inflacionarias.