Después de un final de año 2019 ya frágil, los últimos indicadores económicos disponibles sugieren un mayor deterioro de la actividad.

En particular, el índice PMI del sector manufacturero volvió en marzo a su nivel registrado durante la crisis de 2008-2009. La encuesta del sector de servicios, por su parte, está en su punto histórico más bajo. Ya mal orientados, los pedidos de máquinas y herramientas acentuaron su caída en marzo, a -41% a un años frente a -30% en febrero, principalmente debido a la caída de la demanda de los principales socios del país (ver gráficos).

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Según Groupama AM, el deterioro de la actividad debería empeorar en el segundo trimestre. Se espera que se vea afectado por la entrada en vigor del estado de emergencia declarado en todas las regiones desde el 16 de abril.

Este dispositivo, planeado para un mes, está destinado a frenar la rápida propagación del coronavirus que ha estado cruzando el país desde finales de marzo. Aunque no se traduce en un confinamiento obligatorio, sus impactos económicos son numerosos, comenzando con el impacto de la caída de los flujos turísticos y el aplazamiento de los Juegos Olímpicos en la actividad en el sector de servicios. Este último será penalizado en paralelo por el choque de la confianza de los hogares que apenas se recuperó de la segunda subida del IVA vigente desde octubre de 2019.

Finalmente, la lenta recuperación en China y la parálisis económica que prevalece en los países desarrollados pesarán en la actividad de exportación y, en última instancia, en los gastos de inversión y producción por parte de empresas industriales.

En estas condiciones, la gestora considera que el reinicio de la actividad no será inmediato. La economía se contraerá en 2020. Solo puede contar con el apoyo de la política fiscal para mitigar la magnitud del impacto, a pesar del riesgo en la trayectoria de la deuda pública.

De hecho, desde febrero, el gobierno de Shinzo Abeha anunciado tres planes de emergencia. Los dos primeros son relativamente limitados en términos de cantidad: 515.300 millones de yenes (0.1% del PIB) para el primero, 2.031.000 millones de yenes (0.4% del PIB) para el segundo. El tercer programa presupuestario, anunciado el 7 de abril y luego revisado el 20 de abril, es más sustancial. Se sitúa en 117.1 trillones de yenes (22% del PIB) con un presupuesto adicional de 25,7 trillones e incluye el 34% de las medidas fiscales y el 66% de las medidas financieras.

Principalmente integrando medidas de ayuda para empresas y hogares como una continuación del segundo plan, será sometido a votación por el Parlamento a finales de abril y luego aplicado durante el mes de mayo.

Sin embargo, Groupama AM concluye que el apoyo a la política monetaria será limitado debido a la falta de municiones del Banco de Japón.

Sus tipos de interés de referencia ya están en territorio negativo, mientras que la rentabilidad de las instituciones financieras no es propicia para una relajación monetaria adicional y prolongada. Aunque el Banco de Japón está listo para intervenir y para responder a la conmoción causada por la crisis sanitaria del Covid-19, solo se pueden utilizar herramientas no convencionales.

Además, su programa de recompras de ciertos activos se reforzó durante la reunión de emergencia en marzo. Nuevamente, hay poco espacio para maniobrar. El Banco de Japón ya posee más del 50% del mercado de bonos y el 80% del mercado de ETF.