El BCE ha enviado el mensaje de que continuará tomando las medidas necesarias para combatir la baja inflación y la deflación en algunos países europeos. Además, de rebajar los tipos de interés, el banco se ha comprometido a invertir 400.000 millones de dólares en préstamos baratos con la condición de que los bancos presten más dinero al sector privado.

El BCE también ha indicado que intensificará su preparación para embarcarse en algunas medidas de QE, comprando ABS en una fecha que será anunciada.

Implicaciones para estrategias de tipos de interés

En los últimos meses, las previsiones de tipos de interés de NAM indicaban caídas de tipos y menores diferenciales, a pesar de que el consenso y el sentimiento del mercado mantenía perspectivas de subidas de tipos, quizá ligadas a las previsiones de subidas en Estados Unidos.

Nuestro modelo indica que el precio objetivo del bono alemán a 10 años está en 1,32%, un nivel que ha alcanzado durante las últimas semanas. En este periodo, nuestras estrategias de tipos de interés han preferido duraciones neutrales o largas, una visión que nos ha dado buenos resultados desde principios de año, pero que sólo en los últimos momentos ha ganado tracción en los mercados. De hecho justo antes de la decisión del bCE hemos observado un cambio en el posicionamiento de los inversores hacia las posiciones de larga duración. La última vez que se produjo un cambio de este tipo en los mercados fue en 2012.

Después de las noticias de ayer, y en contra de la posición del mercado, nos mantenemos más defensivos que el consenso y preferimos una postura –en cuanto a la duración- más neutral porque nuestra lectura de los anuncios del BCE implica un riesgo bajista para los bonos también. Nuestra interpretación es que el BCE ha lanzado un mensaje muy potente a los inversores de que “hará todo lo necesario” para sacar a la eurozona de la inflación anémica o la deflación en algunos países. El efecto en los bonos de 10 años podría enviarlos de vuelta hacia la parte más baja de nuestros objetivos para 2014 que establece un rango de 1,50-2,25% para los títulos alemanas. De esta manera, la combinación de unos mercados extremadamente bullish gracias a los mensajes del BCE representan una oportunidad para reducir la exposición en cuanto a duración en nuestras carteras. Hacia finales de 2014, podríamos tocar los máximos de ese rango debido a que las rentabilidades de los bonos estadounidenses deberían reflejar la anticipación de las decisiones del FOMC en 2015.

Quizá la medida más beneficiosa de todas las que expresó el BCE haya sido el LTRO de 400.000 millones de dólares que se implementará en septiembre y diciembre de este año. Este movimiento está enfocado en la economía real pero podría beneficiar a los países de la periferia europea, como España e Italia, en los que nosotros tenemos una recomendación de “sobreponderar con fuerza”. Mantenemos esas posiciones en los dos países.

Finalmente, vemos implicaciones para las estrategias ligadas a la inflación. El BCE ha revisado las previsiones de inflación hasta el 0,7% en 2014 y el 1,1% en 2015, y suspende los programas de esterilización que ha sido incapaz de de implementar.

Cualquier revisión a la baja de las cifras podría impulsar al BCE a tomar medidas no convencionales incluyendo un QE que podría beneficiar a los bonos ligados a la inflación. Dados estos factores, las previsiones actuales de inflación que están en el 0,8% para tres años y 1,45% para los 10 años, son atractivos en nuestra opinión y continúan justificando una asignación de nuestra carteras estatales en bonos ligados a la inflación (sin benchmarch).