Sin duda, el dato de que estamos todos pendientes es la tasa de desempleo de enero, que podría quedarse como está, en el 3,5%. También se va a publicar el PMI manufacturero del mes de enero, que está en estos momentos en el 47,8%.

Son los datos más importantes de la semana. El PMI, que sale este lunes, es lo que yo llamo “un rascacabezas”, porque se ha diferenciado un poco de las otras encuestas regionales que hemos tenido, que han mostrado una recuperación del sector manufacturero a finales del año pasado y comienzos de éste, mientras que el PMI ha continuado con caídas.

Esperamos que para enero esa diferencia se cierre un poco. Hemos pronosticado que el PMI suba a 50, que es el nivel límite que dice si la industria está en expansión o contracción. Esperamos que salte del 47,8 al 50%.

El segundo dato importante de la semana es el empleo. Recordemos que la economía produjo 145.000 empleos en diciembre. El número para enero es similar, lo tenemos en 150.000. Esos números son un poquito más suaves de la tendencia de 2018 y 2019 pero, mientras que la creación de empleo se mantenga por encima de 100.000 al mes, creemos que el mercado laboral va a estar bien. En estos niveles, se mantendrá la tasa de desempleo en el 3,5%, y eso apoya la economía americana en el corto plazo.

También estamos muy pendientes esta semana de cómo evolucionan los mercados después de que la semana pasada las acciones llegaran a bajar incluso a mínimos de dos semanas por los temores a las consecuencias económicas que puede tener el coronavirus de China. La OMS ha declarado la emergencia sanitaria internacional. Esto está afectando ya a algunas empresas estadounidenses que están en China, como Starbucks y McDonald’s, que han llegado a cerrar establecimientos. ¿Cómo puede afectar esta situación?

El coronavirus ha sido la noticia que ha movido los mercados esta última semana. Yo creo que los mercados se están moviendo un poco por la incertidumbre del impacto final que puede llegar a tener esto desde un punto de vista macro. Creo que dependerá de cómo maneje la situación el gobierno chino, pero la respuesta hasta ahora ha sido mucho mejor que en 2003 con el caso del SARS.

El gobierno chino ha decidido poner en cuarentena el epicentro donde surgió el coronavirus. Esto, por supuesto, tiene un impacto en el consumo: la gente deja de salir y de frecuentar sitios públicos. Eso afecta no solo a compañías domésticas, sino también a compañías internacionales que tienen presencia local, como las que has mencionado. Recordemos también que China es el motor manufacturero global, y las compañías que tienen plantas allí también lo van a sentir.

Esta desaceleración interna también va a tener impacto en las importaciones, en el sector turismo con la hostelería y las aerolíneas. Algunos estudios apuntan que la economía china se puede desacelerar del 6%, que fue lo que creció en 2019, al 2% o incluso 3% en el primer trimestre. Este coletazo podría ser bastante importante, no sólo para la región, también para el comercio global. Creo que las próximas semanas van a ser bastante importantes para poder determinar cuál puede llegar a ser el impacto.

También se está viendo afectado el petróleo, que ha bajado. Por otra parte, se está invirtiendo en oro, un valor seguro.

El petróleo es un indicador de la actividad global, por lo que cualquier cosa que ponga en peligro la actividad se reflejará en un precio más bajo del petróleo. La contraparte suele ser el oro, que sube cuando la incertidumbre sube. Eso es lo que hemos visto en los mercados.

La semana pasada fue importante la decisión de la reserva Federal de mantener los tipos de interés entre el 1,50 y el 1,75%. Todo a pesar de que Donald Trump sigue presionando a la FED para que baje esas tasas.

El presidente de la FED mencionó el coronavirus como uno de los riesgos que ha emergido desde su última reunión en diciembre. También mencionó otros riesgos geopolíticos como lo que sucedió con Irán a principios de año, también las incertidumbres que siguen entre Estados Unidos y China, a pesar del acuerdo al que llegaron en diciembre.

A mí me parece que lo más importante es que el presidente Powell resaltó sobre todo los riesgos externos, no domésticos, porque la economía se ha seguido comportando de buena forma, así que lo que preocupa son los riesgos que puedan provenir del resto del mundo.

Eso nos lleva a pensar que la FED se va a mantener pasiva en los próximos meses, y va a mantener los tipos de interés entre 1,50 y 1,75%. Sí esperamos que la economía se desacelere al final de año, y esperamos que, para entonces, la FED pueda recortar tasas. Pero, por ahora, creemos que se mantendrá en pausa.

Conocimos también el dato del PIB: en el último trimestre creció un 2,1%, y en todo el año, un 2,3%. Aun así, se queda en mínimos de 2016.

Eso es normal. La economía se debería desacelerar, porque ha estado creciendo bastante fuerte, por encima de su nivel potencial, por lo que es normal que desacelere cerca del 2%. En el último trimestre del 2019 se expandió al 2,1%, al mismo ritmo que en el tercer trimestre.

Me parece importante ver que el consumo se desaceleró un poco, al 1,8%, pero eso es una corrección pequeña, no creemos que sea un cambio de tendencia. El consumidor había acelerado su consumo en el segundo y tercer trimestre, por lo que es más que normal que se desacelere un poco en el último trimestre.

Dados los datos recuentes de confianza del consumidor por parte del Conference Board y la Universidad de Michigan, esperamos que el consumo se vuelva a acelerar un poco más en el primer trimestre, así que no vemos ninguna preocupación.

Lo otro que quiero resaltar es la inversión. En el segundo y tercer trimestre, al inversión había crecido de forma negativa dado el ruido y la incertidumbre de la guerra comercial entre Estados Unidos y China. Para este cuarto trimestre estamos dando signos de estabilización, y eso va a ser importante para el 2020 en términos de recuperación de la inversión y la aceleración de la economía al principio del año.

La semana pasada fue una semana de resultados empresariales, en general bastante buenos. Destacó Amazon, que ganó un 15% el año pasado respecto a 2018. También otras empresas con muy buenos resultados como Microsoft, Apple o Tesla.

Los dos reportes de ganancias que me llamaron más la atención fueron un par de compañías que lograron revertir la narrativa negativa que se tenía el año pasado.

En primer lugar, Tesla, que usualmente tiende a sobreestimar las metas que tiene y al final no termina cumpliéndolas, pero eso parece que está revirtiéndose. Vimos que los niveles de producción se cumplieron hacia el final de año, la acción se disparó un 12% la semana pasada. Algo de eso también tuvo que ver con el sentimiento negativo que tienen algunos inversores, que están cortos en la acción y les toca comprar, lo que ayuda a aumentar el precio. Lo que me gustaría ver en el corto plazo es si las expectativas de Tesla se llegan a cumplir. Ahora la acción está bastante clara y su precio se está comportando de forma similar a las compañías de tecnología, y no tanto como un productor de autos. Va a ser importante cómo se desarrolle este año.

Por parte de Apple, la situación es similar. La demanda por los iPhones había caído un poco a principios de año, pero en este reporte ha vuelto a resurgir, sobre todo la demanda del consumidor chino, que es bastante importante para ellos. También encontraron un nuevo motor de crecimiento, que son los accesorios: los relojes o los AirPods han sido una nueva fuente de crecimiento y de ganancias para la compañía. Esto se ha visto reflejado en la acción durante la semana pasada.

 
 

¿Crees que tanto a Tesla como a Apple les puede afectar el coronavirus?

Claro. He mencionado que Apple tuvo un resurgimiento de la demanda china, que puede verse afectado en este sentido, y tesla tiene una planta en China, por lo que también puede afectar a la producción.

Todavía es un poquito temprano para ver cuál va a ser el impacto. De aquí a un par de meses pueden verse afectadas sus ganancias y su producción, y eso podría reflejarse en las acciones de estas compañías.