En DPAM no preven una recuperación en forma de V, sino posiblemente en U, y no consideran los paralelismos con la crisis del 2008. Han estado impulsados por el reequilibrio de los fondos de pensiones y la desaceleración del contagio del COVID-19 en los países de la UE más afectados.

Los mercados de crédito se han recuperado y las empresas están refinanciando la deuda existente a un ritmo rápido en los mercados de bonos corporativos de Estados Unidos.  Uno de los principales propulsores de ello, fue el anuncio de la Fed, en el que destinará $30.000 millones del Fondo de Estabilización del Tesoro para comprar bonos corporativos con grado de inversión.

Los mercados también valoran positivamente que, en Europa, las medidas fiscales adoptadas a nivel nacional han sido de una gran magnitud en % del PIB, aunque varían entre países. Igual que en EE.UU., superan los esfuerzos realizados en la gran crisis financiera. No obstante, el talón de Aquiles sigue siendo la falta de solidaridad fiscal. El sentido de urgencia es elevado y todos deberían darse cuenta de que la carga de la crisis del COVID-19 debe ser compartida por todos.

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Aun así, en DPAM opinan que hay que considerar los siguientes desafíos y riesgos:

- Los estragos económicos no tienen precedentes. Con la temporada de resultados del primer trimestre, una mayor claridad sobre el impacto real de esta crisis en los beneficios y pérdidas de las empresas y en los balances podría hacer que el mercado adoptara una postura más cautelosa.

- La confianza de los consumidores se verá gravemente afectada por la combinación de una alarma sanitaria con un menor poder adquisitivo, este último causado por la grave recesión del sector servicios.

- Aunque los mercados están empezando a prestar atención a las estrategias de salida del bloqueo, se espera que sean muy graduales y mesuradas, ya que los epidemiólogos advierten del riesgo de una segunda oleada de la enfermedad en otoño o de su reimportación si se levantan las restricciones de viajes.

- Todavía hay áreas de evidente tensión, como el high yield o las divisas de los mercados emergentes. Sin un acuerdo global entre la OPEP+ y EE.UU. sobre las restricciones al suministro de petróleo, más de $100.000 millones en bonos energéticos high yield podrían emprender un viaje salvaje.

- No preven una recuperación en forma de V, sino posiblemente en U, y no consideran los paralelismos con la crisis del 2008. Esta crisis no es de naturaleza sistémica, los bancos están mejor capitalizados y las autoridades competentes han estado más atentas a sus políticas monetarias y fiscales.

- En cuanto a las valoraciones, los múltiplos de precios/beneficios en el punto más bajo del mercado deberían ser más altos en comparación con 2008/09 debido a la significativa diferencia en el rendimiento real de los bonos.

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Para DPAM, la crisis del COVID-19 ha sido el catalizador de la introducción de medidas fiscales radicales que se inclinan hacia las políticas de izquierda en el mundo occidental. Estas medidas no convencionales podrían ayudar a afrontar la creciente desigualdad, un fenómeno que se vio en parte reforzado por la inflación de los precios de los activos después de la gran crisis financiera, cuando la flexibilización cuantitativa se convirtió en una herramienta monetaria permanente.

Ahora, las recompras de acciones y los pagos de dividendos se están posponiendo cada vez más, ya que la presión social está aumentando para redirigir una mayor cantidad de flujos de caja de las empresas hacia los accionistas.

La justicia fiscal y el salario justo para un mayor número de trabajadores son temas políticos que obtendrán un mayor apoyo. Por un lado, los gobiernos taparán el agujero fiscal dejado por el impacto del COVID-19, aumentando los impuestos a las empresas. Por otra parte, también se incrementará el gasto en atención médica para afrontar mejor futuras emergencias sanitarias. Así pues, el papel de las autoridades gubernamentales aumentará y DPAM recomienda tener esta dinámica en cuenta a la hora de seleccionar e invertir en empresas, tanto por motivos fundamentales como de sostenibilidad, a largo plazo.

Por último, las tres estrategias en renta variable que en DPAM están teniendo un buen comportamiento con ejemplo de las compañías en las que invierten, destacando que son estratégicas multitemáticas, globales y sostenibles, son:

DPAM Invest B Equities NEWGEMS SustainableUn fondo global, multi-temático y sostenible. Una de las estrategias que mejor ejemplifica las convicciones de inversión sostenible a nivel global de la gestora.
DPAM Invest B Equities World SustainableLos fondos sostenibles DPAM han vuelto a mostrar su resiliencia en el año con un alpha del +6% vs sus respectivos índices. Ambos fondos, Global y Europeo, se encuentran en el primer percentil a 1, 3 y 5 años.
DPAM Invest B Equities Europe SustainableEn marzo el fondo cayó un 12.59%, batiendo al índice MSCI Europe en un +1.76%, el cual retrocedió un -14.35% en el mes.