Se ha hablado mucho acerca de lo que ha llevado a Bankia a la situación actual. ¿Qué fue realmente lo que se llevó a Bankia por delante?


A bankia se la llevó una gestión del riesgo labrada durante muchos años peor que la de sus competidores pero sobre todo, una mala oportunidad, que fue el no haber abordado pronto la reestructuración del sector, aguantar con patadas adelante hasta que llegó un punto en que éramos los único que necesitábamos recapitalizar la banca, nadie esta dispuestos a ayudarnos de una forma sencilla y Bankia era la que peor estaba en esos momentos, con lo que confluyeron varios aspectos. El hecho de que España estuviera en el punto de mira - entonces se hablaba de un rescate – hicieron que las autoridades españolas consideraran que rescatar a Bankia para darle una buena capitalización podría ser una forma de hacer de cortafuegos.

Caja Madrid tenía en su momento a La Caixa como referente. Veinte años después, una entidad está nacionalizada y otra es la tercer mayor del país. ¿En qué momento cambió todo?

Al final la intervención política en las decisiones influye mucho, influye la suerte, que una estrategia ha llegado un año o dos después – el decalaje en banca importa mucho –. En la época de Terceiro no se quiso invertir en participadas cuando otras cajas, como La Caixa, ya estaban haciendo sus primeras compras. En la era Blesa empezaron a hacerse esas compras, se hicieron a precios algo mayores. Ahí se va labrando un cierto sesgo negativo de Caja Madrid respecto a Caixabank. También salió antes a Bolsa Criteria que Cibeles, salió antes al exterior Caixabank que Caja Madrid. Ese retraso siempre le hizo tener ciertas debilidades frente a la Caixa sin ser tan grande la diferencia entre ambas. Caixabank también ha recibido en cierta forma un rescate gracias a las compras que ha hecho de entidades nacionalizadas porque ha habido esquemas de protección de activos – EPA- que han sido un rescate encubierto a la entidad catalana.

En medio de la trama había políticos, auditores, reguladores…

Es inevitable que haya mucha gente implicada. El sistema financiero está ultra regulado – a través de Banco de España, CNMV, Gobierno…- a mí se me hace difícil pensar que había un montaje para estafar a los inversores cuando había tanta gente implicada porque alguien acabaría haciendo saber a la verdad. Prefiero pensar que fue una concatenación de malas decisiones, un marco regulatorio ineficiente, un programa de incentivos no enfocado a que la entidad fuera sostenible en los siguientes 20 años sino a que diera muchos beneficios en el siguiente semestre…eso dio unos desequilibrios que acabaron creando una entidad frágil que en un momento hubo que recapitalizar.


A lo largo del libro, usted hace mención a que en la etapa de Caja Madrid todos los bancos creían que la morosidad no seguiría subiendo, que la vivienda iba a seguir subiendo…y todos los balances iban destinados a negar la crisis. ¿Si se hubiera cumplido el escenario previsto, estaríamos hablando hoy aquí del caso Bankia?

Es un poco especulativo pero al final la morosidad es un cáncer para un banco. Eso quiere decir que hay particulares que dejan de pagar sus créditos y ¿de qué vive el banco? De que le paguen los créditos. Esos se acaban depreciando y o los provisionas o afloran las pérdidas. En Caja Madrid, Bancaja,…se concedían créditos a gente y con peor solvencia y perspectivas que en otros bancos. Eso generó una morosidad.

El sector financiero en su conjunto ha estado zombi en los últimos años y es a partir de este año cuando está remontando un poco. Cuando en una entidad le salen agujeros por todas partes, lo más urgente es taparlos para no hundirte, con lo que es secundario tener que conceder créditos. Además, con un 25% de paro que hemos llegado a tener no es fácil encontrar a empresas o clientes con una estupenda solvencia.

Si el problema fue darle crédito a gente que no era solvente, no vamos a cometer el mismo error. Eso no quiere decir que se corte el grifo íntegramente pero creo que es más positivo ser más estrictos a partir de ahora que lo que fuimos antes.

Usted advierte de que el mandato de Blesa fue una paradoja: la época de mayor crecimiento y que generó una mayor debilidad; la de gastos desmedidos con mayores inversiones….¿Cómo fue la etapa de Rato y, posteriormente, la de Goirigolzarri?

Con Blesa la entidad pasó de un tamaño de 10 a 100, se multiplicó año a año a unos niveles brutales. Esto conllevaba un incremento de la obra social, aumento de los salarios de los directivos….Llegó a equiparse a los mayores bancos europeos. La disputaba en base a una burbuja. Ahí se forjó la debilidad.

¿Qué le llegó a Rato? Una entidad en plena crisis, con el paro aumentando a niveles impresionantes, sector inmobiliario derrumbado y tuvo que gestionar el incendio. ¿Lo hizo del todo bien? No porque aceptó cosas y decisiones que acabaron siendo letales, como la fusión con Bancaja, sin un esquema de protección de activos. La salida a bolsa se podía haber negado pero fue una decisión de país y haberse negado hubiera provocado un cataclismo en el sector.

Con Goirigolzarri ha tenido la suerte y el talento de haber conseguido recapitalizar con mucho dinero público la entidad. Es una sociedad solvente, muy profesionalizada y con mucho nivel y gracias a que ahora tengan una política más prudente a la hora de dar créditos y gestionar el área comercial, solo puede ser una entidad que tenga éxito de aquí a los próximos años.

El Big Bath caracterizó a Goiri, ¿en qué consiste?
Cuentas van muy mal pero voy a decir que incluso van peor porque me protejo más. Pido el dinero de antemano con un colchón de capital extra y así te aseguras que todo irá bien. El dinero se podrá devolver y la estrategia tenía toda la lógica.

¿Nos ha enseñado el caso Bankia?
Nos ha enseñado si no pensamos que los consejeros políticos eran malos. Hay que ir más allá y analizar que ha sido un problema algo más complejo que la versión para niños que se ha dado y si se analiza con profundidad claro que nos habrá enseñado.