El 30-04-2013 el BdE lanzó un comunicado - que no circular- sobre las provisiones de los créditos refinanciados de toda índole por la banca española. Las presiones de ésta doblegaron una vez más en sus intenciones al regulador, que pretendía clarificar sus estados financieros y limpiarlos de estas partidas de activos, que son parking de operaciones morosas pendientes de contabilizar como tales en el momento que puedan soportarse por las cuentas de resultados de las entidades bancarias.

En su exposición de intenciones del citado comunicado, el BdE indica con carácter general la situación por la que atraviesan las refinanciaciones en nuestro sistema financiero al detectar (parece que antes no lo conocían) por qué en las memorias del 2012 -  tal y como se obligaba en la circular 6/2012-  a dar cuenta de las operaciones refinanciadas. A  la vista de ello,  y de la variedad de interpretaciones que existen sobre los motivos de estas refinanciaciones y la levedad en la aplicación de las normas - sin son sobrevenidos, transitorias, estructurales u otras razones más subjetivas y sobre todo de su montante -  el BdE quiere poner coto a todo este desbarajuste lanzando un comunicado que obligará primero a revisar y después a provisionar y reestructurar contablemente estas operaciones,  que no son más que un aparcamiento de morosos o fallidos, como hemos comentado en el caso especifico de la construcción. Al mismo tiempo que busca unificar criterios y contenidos a tener en cuenta en sus criterios contables de cada una de las entidades, variándolos con respecto a la anterior circular que especificaba los mismos.

En lo que respecta a esos criterios,  hace especial hincapié en algo que es harto sabido: las decisiones de refinanciación deben sustentarse en un análisis individualizado para determinar la capacidad de pago del deudor,  su generación de ingresos recurrentes y  ver sus condiciones de interés impuestas por las entidades. Pero parece que con el tiempo se olvida, por la sencilla razón de que no pueden contabilizar como morosos la totalidad de operaciones que,  con prudencia y buen criterio,  deberían de serlo.  Porque sus cuentas no lo soportarían ya que decir ahora que hay que tener en cuenta estas cuestiones es como repetir el aeiou- También la actualización de las garantías: que la entidad deberá contar con un sistema interno de información con mecanismo individualizado. A estas alturas del partido,  parece una obviedad. El ladrillo no cumple ninguna de estas premisas únicamente sobre el papel  pero en la realidad no pasaría el primer examen- Además se hace hincapié en la aportación de nuevas garantías y ello se sabe que no ha sido nunca óbice para que la operación pueda tener una salida correcta,   porque podemos tener la operación muy bien garantizada pero no se tienen ingresos recurrentes para poder atender las amortizaciones de la misma, salvo que se haya hecho trampa en ellas al indicar periodos de carencia que hacen que la patata caliente se pase dos o tres años adelante con el fin de esperar un cambio de la situación en el sentido del deudor o en la capacidad e asumir la mora en sus cuenta de resultados. Debería de conocer el BdE que muchas operaciones de crédito al promotor se financiaban con importes superiores a los necesarios con el fin de depositar estos sobrantes en depósitos a plazo generalmente y aumentar unos ratios de pasivo contables.

En este comunicado, se insta a las entidades a iniciar sin demora una revisión mediante estudio individualizado de la clasificación contable de las carteras refinanciadas o re instrumentadas, dando cuenta a los servicios de inspección de estos reajustes contables. Con ello,  el BdE parece que se está adelantando a la comisión que, como sería de sentido común y normal, debería obligar a traspasar a mora todos esos créditos refinanciados del ladrillo que no tienen ninguna salida , siendo una muy importante espada de Damocles de los bancos españoles- Parece a estas alturas que tampoco nadie sabía de esta situación cuando es de sobra conocido por todos los directivos que la gestión de la mora en estos momentos es su principal, como no podía ser de otra manera,  y su contabilización en mora depende de la cuenta de resultados para poder ir pasado poco a poco las partida insalvables que no puedan refinanciarse de una manera un poco razonable.

Estas presiones de la banca haciendo que lo que pretendía ser una circular sea una recomendación. Porque entre otras cuestiones pone especialmente en peligro aquellas entidades con carteras industriales y con fuerte componente de ladrillo en sus cuentas. Refinanciado o no poniendo en peligro nuestra estabilidad, organismos extranjeros de análisis no pueden fiarse de nuestras cuentas cuando se sabe que a las operaciones más importantes por su importe se le colocan periodos de carencia para estar estables y tranquilos, durante 24 o 30 meses y además, no se especifica claramente cómo se podrán atender estas amortizaciones por la generación de recursos por parte de la empresa, dejando un hueco al subterfugio que ingresos son demostrables para poder dar una salida a la operación, tal como está el mercado ya me dirán vds., que salida tienen esas operaciones

Rafael Montava Molina
Consultor Financiero Empresarial
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