Los temores sobre una crisis en los mercados emergentes han llegado a un punto álgido en las últimas semanas interrumpiendo, ironiza CNBC, la “charla” acerca del repunte del crecimiento mundial. La semana pasada, recordemos, la importante depreciación del peso argentino provocó una “lluvia radioactiva” en las divisas de las economía en desarrollo, mientras que la preocupación por el crecimiento y el crédito en China, así como el avance del tapering de la Reserva Federal (Fed), agravaron la “oleada de ventas”. Un desplome que ha llevado al banco central de Turquía a responder esta madrugada con una importante subida de tipos para tratar de calmar a los “inversores ansiosos”. Opinan los analistas de Barclasy que si “la volatilidad sigue su escalada, la Zona Euro será la región más expuesta, seguida de cerca por Japón y, después, por Estados Unidos”.

La firma británica divide a los mercados emergentes en dos grupos: el “estresado”, compuesto por Argentina, Brasil, India, Rusia, Sudáfrica, Turquía y Venezuela. Son países que han sufrido una caída en sus divisas del 16% durante los últimos 12 meses, y que deben estar “separados” del “equipo resistente”, formado por el resto de mercados emergentes, cuyas monedas se han mantenido relativamente estables. Si echamos un vistazo al ratio de exportaciones con respecto al PIB, señala la firma, Europa tiene una exposición del 3,1% a las economías estresadas, mientras que la de Japón es del 2,4% y la de Estados Unidos es del 1,3%.

Sin embargo, otros expertos consideran que China es la principal amenaza para una potencial escalada de tensiones en los emergentes: “La cuestión es ¿cómo afectará todo esto a los mercados financieros globales? ¿Tendrán todas estas 'mini crisis' en las economías en desarrollo un efecto contagio en el mundo desarrollado?” Se lo plantea Boris Schlossberg, director gerente de BK Asset Management, y responde: “En mi opinión, la respuesta no se encuentra en Turquía o Argentina, que son economías pequeñas y aisladas. El gran problema es China”, concluye.

En este sentido, Cullen Roche, fundador de Orcam Financial Group, afirma que Turquía “es una distracción en medio de problemas (potenciales) mucho mayores”. Considera este experto que “parece que hemos vuelto al 'modo crisis', es decir, cada vez que un pequeño problema estalla en algún lugar del mundo, los inversores asumen de inmediato que 2008 ha vuelto y que este será el 'gran regreso' de la crisis. Lo que estamos viendo en Ankara es la clásica crisis de balanza de pagos provocada por unas pobres políticas gubernamentales, vinculada a la divisa, el precio de los activos y la excesiva deuda. Creo que Turquía es sólo el aperitivo de lo que podría ser algo más grande”.

Y es que Roche considera que “los problemas actuales no son muy distintos de los que vimos durante la crisis financiera de Asia en 1997. La gran diferencia ahora es que los principales 'jugadores' no sólo tienen un mayor déficit de balanza por cuenta corriente que entonces, sino que también son simplemente economías mucho más importantes. A mi juicio, Turquía, Sudáfrica o Indonesia no deberían importarnos tanto, puesto que la crisis en dichos países no es sustancial, ahora bien, sí lo es el efecto de la misma en el resto de regiones importantes. En muchos sentidos, esto es como la crisis del euro: Grecia no era realmente tan preocupante, sí su impacto en España o Italia”, ejemplifica. Lo que sucede en los mercados emergentes es que “tenemos un grupo de países que han experimentado fuertes auges en los precios de sus activos, exceso de inversión, sobrevaloración, y esto coincide con un incremento del déficit por cuenta corriente y posibles crisis de divisas. Y el eje de gran parte de dicho problema es China, debido a que es el gran motor de la demanda extranjera que ha impulsado el auge en el resto de regiones. En otras palabras, así va China, así van los mercados emergentes”.

Mientras tanto, los mercados occidentales atemperan la euforía con la que habían recibido el movimiento de la autoridad monetaria turca y cotizan a media sesión con repuntes del 0,10%. En concreto, el Ibex 35 se anota un 0,95%, hasta los 9.973,10 puntos. Opina Bob Janjuah, analista "ultra-bajista" de Nomura, que “la renta variable de las naciones desarrolladas serán 'el último superviviente' en el mercado bajista que llegará a finales de este año".

Sara Carbonell