Este fin de semana se han cumplido cinco años del inicio del mercado alcista que arrancó con el famoso rally de marzo de 2009. Desde el 9 de marzo de aquel año, cuando el principal índice bursátil del mundo, el S&P 500, cerró en los satánicos 666 puntos, se ha revalorizado un 177%, por lo que ya protagoniza el segundo mercado alcista más potente desde la Segunda Guerra Mundial, ya que entre 1987 y 2000, su revalorización fue del 582%, aunque otras estadísticas prefieren delimitar el gran mercado alcista posterior a la contienda entre 1982 y 1987, cuando Wall Street subió un 229%. Los estudiosos calculan que, por tamaño de las subidas, este ha sido el cuarto mercado alcista más potente de la historia, mientras que por duración, es el sexto.

Récords aparte, y con la certeza de que de poco sirve mirar atrás porque los acontecimientos futuros pueden reventar cualquier patrón dibujado por la estadística, la cuestión es si con estas astronómicas revalorizaciones se le puede pedir más a las bolsas. La gran pregunta: ¿han ido demasiado lejos los mercados? “El mercado está en su justa valoración”, responde en CNBC Leon Cooperman, presidente y consejero delegado de Omega Advisors, un experto que le agradece con ironía al expresidente de la Reserva Federal (Fed), Ben Bernanke, la “lenta” recuperación económica “que nos ha permitido llegar hasta aquí”. Cooperman se limita a recordar el juego de la economía cíclica de mercado, para justificar “lo justo” de los niveles a los que ha llegado la bolsa: “Cada recesión económica siembra las semillas de la futura recuperación, y cada recuperación pone la semilla de una nueva recesión”.

Pero los ciclos no siguen los mismos tiempos en todas las regiones a pesar de la globalización, ni su impacto es igual. El incansable rally de Wall Street se ha trasladado a Europa, pero no con la misma intensidad. Aunque el índice FTSEurofirst 300, que engloba a las 300 compañías del Viejo Contienente con mayor capitalización bursátil, casi ha doblado su valor, la bolsa de Grecia registra un saldo negativo en estos cinco años. No hay hace falta mucha memoria para saber por qué.

En España, el Ibex 35 no ha seguido tampoco los pasos del resto de índices mundiales. Su historia desde el estallido de la crisis financiera no ha sido un desplome hasta marzo de 2009 para rebotar con fuerza desde entonces, no, su historia también es personal: entre aquel marzo y enero de 2010, el selectivo español se dejó llevar por el optimismo ante la salida de la debacle del sector financiero mundial y subió un 83% pero, 2010, 2011 y la mitad de 2012 fueron años de colapso económico que llevaron al país al borde del rescate total y se tradujeron en una caída en la bolsa del 51%. Fue a partir de las “23 palabras mágicas de Draghi” (“Within our mandate, the ECB is ready to do whatever it takes to preserve the euro. And believe me, it will be enough”) en el verano de 2012, cuando economías como la española comenzaron a alejarse del borde del abismo. El Ibex 35, desde la intervención de “Super Mario”, se ha revalorizado un 72%.

Los porcentajes que maneja la bolsa española ni se acercan a los de Wall Street, pero eso no significa que la plaza nacional tenga recorrido hasta ponerse a la altura de sus colegas del otro lado del Atlántico. Bank of America Merrill Lynch advierte que la estela alcista que llega de Estados Unidos y sobrevuela Europa se traduzca en burbujas de activos, alimentadas por la liquidez del Banco Central Europeo (BCE) y similares a las de la famosa Puntocom. En este punto, subrayan que la salida de inversiones de los emergentes por la reciente inestabilidad que han sufrido sus divisas podría propiciar un flujo hacia países europeos, donde las burbujas seguirán inflándose. “Vemos similitudes inquietantes con el periodo 1998-1999”, avisan en Bank of Amercia Merrill Lynch.

Expertos en el mercado español advierten que la bolsa doméstica ya no es tan barata como hace un par de años. No descartan que la mejora de la situación económica y su reflejo en los resultados empresariales propicien la entrada de capital en la renta variable, pero son más proclives a pensar que el interés inversor extranjero en España se dirigirá a activos menos líquidos, como el capital riesgo, la compra/venta de empresas no cotizadas o de filiales de empresas nacionales e internacionales.

EUROPA A MEDIA SESIÓN

Las bolsas europeas se mueven a media sesión con signo mixto. El Ibex 35 cae un 0,12% y cotiza por debajo de lo 10.200 puntos. Ese nivel es solo un número redondo y bonito, porque las zonas importantes para el índice técnicamente están en el corto plazo en los 9.855 puntos por abajo, y los 10.358 por arriba. Los futuros americanos cotizan también con indecisión.

María Gómez