La historia está llena de personas e instituciones que se elevaron hasta las “alturas” sólo para derrumbarse. En la mayoría de los casos, la arrogancia, esa sensación de imbatibilidad alimentada por el poder incontestable, fue su perdición. En otros, sin embargo, tanto la subida como la caída surgieron de las expectativas injustificadas de los que los rodeaban. ¿Podría estar ocurriendo lo mismo con los bancos centrales?

Asegura, Mohamed El-Erian, consejero delegado de PIMCO, que “en los últimos años, las autoridades monetarias de las principales economías avanzadas han asumido una posición dominante en el ámbito político”. “Cuantas más responsabilidades han adquirido los bancos centrales, mayores son las expectativas de lo que pueden lograr, sobre todo en lo que se refiere a una mayor estabilidad financiera, a un crecimiento económico más rápido y a una progresiva creación de empleos”, afirma El-Erian, quien señala también que “los gobiernos que algunas veces se quejaron del poder de los bancos centrales están ahora felices de que estas entidades compensen sus propias deficiencias de gobernanza económica”.

Pero lo cierto es que los bancos centrales se han cansado de decir que no están cómodos en su posición actual y han repetido, una y mil veces, que su capacidad para “dopar” al mercado con medidas de estímulos no es “infinita” ni está “libre de riesgos”. En este sentido, dice el consejero delegado de PIMCO que “el problema es que parece que pocos agentes externos están escuchando, y mucho menos preparándose para encarar los límites posibles de la efectividad de los bancos centrales”.

Prueba de ello es que el Congreso norteamericano tiene que aprobar por quinto año consecutivo un paquete presupuestal completo, por no mencionar que debe lidiar con los desafíos de crecimiento y empleo de la economía. ¿Y en Europa? Más de lo mismo. La integración fiscal y las iniciativas regionales orientadas al crecimiento básicamente se han paralizado, al igual que las propuestas de la banca que está fuera de la esfera directa del BCE.

Pero, ¿y en los mercados? Sostiene el consejero delegado de PIMCO que éstos “también han entrado en un estado de relativa complacencia”. “Consolados por la perenne 'opción banco central', muchos inversores han estado dispuestos a 'pasar por alto' las políticas económicas de países 'desequilibrados', así como la severa polarización política que ahora predomina en algunos de ellos. El resultado son riesgos financieros que exceden lo que estaría estrictamente garantizado por los fundamentales subyacentes”, advierte El-Erian.

Cabe destacar que todos los problemas desaparecerían rápidamente si los bancos centrales tuvieran éxito en la consecución de una duradera recuperación económica: un rápido crecimiento sostenido, fuerte creación de empleo y condiciones financieras estables. Algo que, según el consejero delegado de PIMCO, no pueden hacer solos: “Sus medidas inevitablemente imperfectas necesitan complementarse con las respuestas más oportunas y completas de otras entidades de políticas”.

En este punto lanza El-Erian un “aviso a navegantes”: “Empujados a adoptar una posición nada envidiable, la imagen ante la sociedad de los bancos centrales no es lo único que está en riesgo. También su independencia política y la credibilidad duramente ganada, que es necesaria para influenciar en la conducta del sector privado. A nadie le conviene la caída de estas instituciones cruciales”.

Más allá de esta advertencia, lo cierto es que mañana tendremos una nueva sesión marcada por los bancos centrales, en este caso, por la Fed. Tras estar cansados de oír voces discordantes en el seno del banco central estadounidense, el mercado poco a poco está valorando que la reducción del programa de compra de activos podría llegar en diciembre, pero espera sacar más conclusiones de la comparecencia de Janet Yellen ante el Senado.

Dice José Luis Martínez Campuzano, estratega de Citi en España, de la candidata oficial a reemplazar a Ben Bernanke, que “hasta el momento ha mantenido una posición neutral en el debate en el que está inmerso la Fed. Aunque ha sido conocida en el pasado reciente (antes de su nominación) como una clara defensora de la política monetaria expansiva incluso barajando niveles de desempleo por debajo del objetivo oficial”. No obstante, este experto se muestra convencido de que muchos senadores mañana “enfatizarán la necesidad de vigilar la inflación además del desempleo” y señala que “es en este punto, donde los inversores pondrán mucha más atención”.

¿Dónde podría poner Yellen mayor énfasis mañana? Pues bien, Campuzano baraja seis posibilidades: (1) política de estímulos monetarias justificada bajo el mandato dual de desempleo/inflación; (2) seguir favoreciendo un mayor empleo; (3) vigilancia de la evolución de la inflación y de los riesgos sobre ella; (4) podría mostrar su posición hacia una mayor regulación de la banca; (5) favorecer los estímulos observando por el momento mayores beneficios que costes; y (6) a favor de limitar las compras de papel en el mercado cuando la economía muestre indicios de fortaleza.

En resumen, “un mensaje vago”, según el estratega de Citi. Pero, ¿qué tipo de sorpresas pueden surgir en su discurso de mañana? Campuzano insiste en que debemos poner especial atención a cualquier referencia a la fecha del inicio del taper y al tamaño óptimo del balance de la Fed, a cualquier mención al desempleo estructural o a la ausencia de ésta, a una concreción de los datos para el forward guidance (inflación: 2%, tasa de desempleo: 6,5%) y a qué mensaje sobre los tipos de interés tenemos a medio plazo.

Por último, afirma este experto que “el discurso de mañana de la futura presidenta de la Fed puede influir en los mercados a corto plazo”, sin embargo, lo verdaderamente importante de su exposición serán los próximos datos económicos. Concluye diciendo este analista que “sería una triste ironía que una mejora económica se convierta, a través de los mercados financieros, en una amenaza para su consolidación a medio plazo”.

¿QUÉ HACEN AHORA LOS MERCADOS?

Miramos a los índices europeos. El Ibex 35 cae un 0,81%, hasta los 9.711,30 puntos. Por valores, son Acciona (+0,93%), que ha presentado hoy sus resultados, y Ebro Foods (+0,40%), los que más suben, mientras que las mayores pérdidas las encontramos en Repsol (-3,25%), tras la operación de CaixaBank, y Sacyr (-1,63%).

Fuera de nuestras fronteras, los índices europeos cotizan con saldo negativo: Cac 40: -0,64% (4.236,89 puntos); Dax 30: -0,38% (9.042,36 enteros); Ftse 100: -1,00% (6.659,68 puntos); y EuroStoxx 50: -0,58% (3.017,23 enteros).

María Díaz