“En la pasada década, la renta variable estadounidense alternó subidas y bajadas hasta en dos ocasiones. Los precios de los bonos repuntaron mientras los rendimientos cedían. El oro acumuló enormes ganancias, al igual que las commodities industriales y las divisas comodity, como los dólares australianos y canadienses. Y los mercados emergentes fueron los reyes. Pero ahora esas grandes tendencias se baten en retirada y los inversores están captando ese mensaje”, señala Howard Gold, fundador y editor de GoldenEggInvesting, en MarketWatch.

“Tras años de acumular fondos en deuda, los inversores están sacando su dinero de este activo. Finalmente, han perdido su 'ardor' por los emergentes y su entusiasmo por el oro y la plata se ha reducido a un pequeño número de 'creyentes verdaderos'. Este hecho podría representar un cambio fundamental en los mercados globales”, afirma, para después rememorar un comentario que escribió a finales de septiembre de 2012 en el que señalaba a los bonos del Tesoro estadounidense, los bonos del Tesoro protegidos contra la inflación y los bonos de alto rendimiento como los tres activos más sobrevalorados entonces. “He revisado dicha lista y voy a añadir uno más que también evitaría (…) con estos cambios de largo plazo, quizá seculares, aún hay tiempo para protegernos, porque en muchos mercados lo peor aún no ha pasado”, advierte.

Estos son, señala, los cuatro activos “de los que usted preferiría estar lejos”. En primer lugar, los bonos del Tesoro estadounidense de largo plazo: la rentabilidad del Treasury a 10 años ha repuntado recientemente hasta el 2,7% desde el 1,38 de julio de 2012, “esto es sólo el comienzo. Según la Fed retire sus extraordinarias compras de activos y eventualmente sube los tipos, van a sentir el calor”. En su lugar, aconseja, podemos apostar por un buen fondo de renta fija a medio plazo, incluso que sólo incluya deuda corporativa.

En segundo lugar, Gold recomienda evitar los bonos del Tesoro protegidos contra la inflación (o TIPS por sus siglas en inglés). Estos activos “ajustan su principal e interses semestralmente sobre los cambios en el IPC. Cuando la inflación aumenta, también lo hacen los pagos de intereses, pero caen cuando hay deflación (…) el problema es que su principal disminuye cuando los tipos de interés suben (…) y estos se van a elevar en los próximos años”. Una inversión que podría ser sustituta de esta serían los TIPS pero de corto plazo.

Tampoco recomienda este experto invertir en commodities industriales ni en divisas ligadas a las materias primas. “¿Se acuerda de cuando los precios de las commodities sólo iban hacia arriba? Y también los de las compañías que las producían (…) siempre había 'jugadas' en China (al calor de su inversión en infraestructuras) pero ahora que el crecimiento en el gigante asiático se ha desacelerado, las materias primas industriales se han desplomado y también lo han hecho las divisas de los países que son grandes productores de recursos naturales (…) manténganse alejado de todos ellos”, señala. Ahora bien, en sustitución puede optar por “productos básicos agrícolas que han aguantado mejor y son propensos a beneficiarse del crecimiento de la población y de la cantidad limitada de tierra cultivable”.

Finalmente, la última inversión a evitar serían los bonos de los mercados emergentes. Activos que “fueron de los grandes beneficiados por la política monetaria acomodaticia de la Fed (…) pero la retirada de la autoridad monetaria de Estados Unidos ya ha provocado un 'mini-pánico'”. Por ejemplo, señala al fondo de bonos locales emergentes de PIMCO que desde el pasado mes de abril ha perdido un 20% de su valor. Con todo, este experto insta a comprar en su lugar fondos de bonos de alta rentabilidad de corto plazo.

Cuatro inversiones que Gold aconseja no hacer en un mercado cuyos paradigmas parecen estar cambiando en su opinión. Unas bolsas que cuando llegamos a la media sesión europea optan por las compras: del 0,55% de media. En concreto, el Ibex 35 se anota un 0,71%, hasta los 10.413 puntos. Markus Wallner, de Commerzbank, destaca que “los inversores se encuentran en un amistoso modo de 'esperar y ver'. La crisis de Ucrania parece haber dejado de ser una preocupación principal y el alivio es palpable entre los jugadores del mercado”.

Sara Carbonell