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    Capital Asset Pricing Model (CAPM)

    ¿Qué es el Capital Asset Pricing Model (CAPM)?

    Este modelo, pieza central de las finanzas modernas, resume un conjunto de predicciones acerca de la relación entre el riesgo de un activo y su rentabilidad esperada de equilibrio. Bajo una serie de supuestos simplificadores, la principal premisa del modelo establece que la prima de riesgo de un activo concreto es proporcional a la prima de riesgo del mercado, y al coeficiente beta del valor (relativo al mercado). Formalmente, la fórmula es la siguiente:

    E (r i) – r f = b i x [ E ( r M) – r f ]

    Donde r f es la rentabilidad del activo libre de riesgo, b i es la beta del valor, y E ( r M) la rentabilidad esperada del mercado.

    El CAPM en detalle

    Una tarea importante del director financiero de una empresa es medir el coste de los fondos propios de la empresa. Pero la estimación del coste de los fondos propios da mucho que pensar; a menudo el resultado es subjetivo y, por tanto, cuestionable como referencia fiable. Este artículo describe un método para llegar a esa cifra, un método engendrado en la enrarecida atmósfera de la teoría financiera. El modelo de fijación de precios de los activos de capital (CAPM) es un retrato idealizado de cómo los mercados financieros fijan el precio de los valores y determinan así los rendimientos esperados de las inversiones de capital. El modelo proporciona una metodología para cuantificar el riesgo y traducir ese riesgo en estimaciones de la rentabilidad esperada del capital.

    Una de las principales ventajas del CAPM es el carácter objetivo de los costes estimados de los fondos propios que puede arrojar el modelo. El CAPM no puede utilizarse de forma aislada porque necesariamente simplifica el mundo de los mercados financieros. Pero los gestores financieros pueden utilizarlo para complementar otras técnicas y su propio juicio en sus intentos de desarrollar cálculos realistas y útiles del coste de los fondos propios.

    Aunque su aplicación sigue suscitando acalorados debates, la teoría financiera moderna se aplica ya de forma habitual a la gestión de inversiones. Y cada vez más, los problemas de las finanzas corporativas también se benefician de las mismas técnicas. La respuesta promete no ser menos acalorada. El CAPM, modelo de valoración de activos de capital, encarna la teoría. Para los ejecutivos financieros, la proliferación de aplicaciones del CAPM plantea estas preguntas: ¿Qué es el CAPM? ¿Cómo pueden utilizar el modelo? Y lo que es más importante, ¿funciona?

    ¿Qué es el CAPM?

    La teoría financiera moderna se basa en dos supuestos: (1) los mercados de valores son muy competitivos y eficientes (es decir, la información relevante sobre las empresas se distribuye y absorbe rápida y universalmente); (2) estos mercados están dominados por inversores racionales con aversión al riesgo, que buscan maximizar la satisfacción de los rendimientos de sus inversiones.

    El primer supuesto presupone un mercado financiero poblado por compradores y vendedores muy sofisticados y bien informados. El segundo supuesto describe a los inversores que se preocupan por la riqueza y prefieren más a menos. Además, los inversores hipotéticos de la teoría financiera moderna exigen una prima en forma de mayores rendimientos esperados por los riesgos que asumen.

    Aunque estos dos supuestos constituyen las piedras angulares de la teoría financiera moderna, el desarrollo formal del CAPM implica otros supuestos limitadores más especializados. Se trata de mercados sin fricciones ni imperfecciones, como los costes de transacción, los impuestos y las restricciones a los préstamos y las ventas en corto. El modelo también requiere supuestos limitadores sobre la naturaleza estadística de los rendimientos de los valores y las preferencias de los inversores. Por último, se supone que los inversores están de acuerdo sobre el rendimiento y el riesgo probables de los valores, basándose en un horizonte temporal común.

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