¿Qué es la Q de Tobin?
La Q de Tobin es un indicador que nos sirve para saber el valor intrínseco de una acción. También se puede definir como la relación que tiene una compañía y su valor en el mercado con respecto a sus activos y su valor intrínseco. En el lado práctico, la Q de Tobin, desarrollada por el Premio Nobel de Economía James Tobin, sirve para saber si una empresa está sobrevalorada o infravalorada en bolsa. Es decir, que puede ayudar a tomar decisiones a la hora de invertir y también a conocer el estado financiero de una compañía cotizada.
¿Cómo se calcula la Q de Tobin?
La operación a realizar es sencilla, ya que solo necesitamos saber el precio en bolsa de la empresa para, posteriormente, dividirlo entre su valor intrínseco. Así las cosas, la fórmula para conocer la Q de Tobin es la siguiente:
Q Tobin= Precio en Bolsa / Valor Intrínseco.
Ahora bien, si el precio en bolsa de una acción es muy fácil de conocer porque es accesible y público, el valor contable de la acción o intrínseco es algo más complicado. Para ello, deberíamos dividir el patrimonio neto entre el número de acciones en circulación. Esto es
Valor intrínseco = Patrimonio neto / número de acciones en circulación
Una vez que se tenga este dato, entonces habría que realizar la operación principal, que corresponde a la primera fórmula expuesta. Todos estos datos son públicos y accesibles para cada una de las compañías que cotizan en bolsa, por tanto se pueden conocer en pocos minutos y saber así cuál es la Q de Tobin de una acción en concreto.
¿Cómo se interpreta?
Igual de importante que conocer el cálculo es saber cómo interpretarlo, ya que sin ello no se sabrá si la empresa está sobrevalorada o infravalorada. Si el ratio Q es mayor que 1, entonces la acción está sobrevalorada por el mercado, que suele ser en la mayoría de los casos porque las empresas suelen cotizar también por expectativas. Sin embargo, si es menor que 1, la empresa se encuentra infravalorada y puede suponer una buena opción de inversión. Un dato importante con respecto a este indicador se debe entender como a largo plazo o, al menos, a medio plazo. Si se compra una acción que se entiende infravalorada por el mercado es posible que tarde un tiempo en situarse en el precio correcto y estar en su valoración, si es que termina haciéndolo. Para ello, el horizonte temporal de la inversión debería ser superior a un año o incluso a tres años. Al igual que si se compra una acción sobrevalorada en el corto plazo, puede convertirse en una buena opción en el largo plazo en función de las perspectivas que haya sobre la compañía y su crecimiento futuro. Es muy probable que una compañía con pocos años y dentro del ‘growth’ se encuentre sobrevalorada en el momento en el que se calcule su Q de Tobin. Pero, eso no significa que no sea una buena opción de inversión. Lo más importante en este caso es que, se compare con compañías del mismo sector para conocer si está en la media de ellas o se encuentra más infravalorada o sobrevalorada. En caso de ser así, entonces habría que mirar otros datos o tratar de analizar el por qué de esa situación. Es decir, la Q de Tobin es una buena manera para saber cómo está valorada una firma por el mercado y si es o no es una buena opción de inversión. Pero, como con el resto de ratios, no se debería invertir en base al resultado que se obtenga en la Q de Tobin, sino que habría que ponerlo en contexto con otros indicadores que den una imagen más completa de la situación de la empresa.