Las grandes peñas, entidades de inversión, son las manos fuertes de este “mercado financiero”.
La quiniela es algo más que un juego de azar que mantiene la ilusión de miles de apostantes individuales anhelosos de alcanzar su sueño, el pleno al 15, en una tarde de domingo. La quiniela se proyecta como un producto de inversión alternativa con cada vez más adeptos. La evolución de la informática ha permitido incorporar combinatoria y estadística en el análisis y la elaboración de las apuestas y con ello se ha llegado a la tecnificación y profesionalización del sector.