¿Cuál era el objetivo?
Se enmarca en una actividad permanente de la bolsa de impulsar el conocimiento y la liquidez de los valores españoles fuera de España, atraer nuevos inversores que se mantengan y aumenten su accionariado para que haya más contratación y los precios sean más ajustados a la realidad. Esto es un proyecto continuo de la bolsa española, creemos que merece la pena en momentos como el actual, en los que a veces hay poca atención e información sobre nuestro país.

Tenemos recientes los resultados presentados por BME. Ha habido una caída notoria en el volumen de negociación. ¿Es EEUU el reducto donde buscar financiación? Una de las características que más se está demostrando es que hay que salir, internacionalizarse, captar clientes e inversores fuera. Esto lo hacemos en la bolsa, lo hacen las compañías y por lo tanto, es un ámbito natural, buscar inversores fuera de nuestras fronteras.

¿Ha vuelto el apetito por el mercado español? Nos ha llamado la atención que todas las preguntas de los inversores el año pasado hablaba sobre el rescate del euro, desaparición del euro…y no se hablaba mucho de las compañías. El gran cambio es que esa situación se ha dado la vuelta, ahora se habla mucho más de las compañías, el inversor analiza  si determinada compañías tiene determinados números, cómo se defiende ante la crisis, qué ocurre en sus balances…y deja en un segundo plano el sanbenito de la crisis española.

¿Criterio para invitar a compañías? Nos hemos fijado en compañías que no sólo están internacionalizadas sino que esa facturación externa es creciente y cada vez son más abiertas. Excepcionalmente había compañías más centradas en el mercado español pero que podría tener una posición más defensiva ante la contracción de la demanda nacional.

¿Han mostrado interés concreto por algún sector? La mayor parte de los inversores que asistieron al evento son generalistas, grandes casas de inversión de EEUU e inversores institucionales. Estos 30 inversores provenían de la propia ciudad de Nueva York pero de todos los puntos e incluso de Canadá. Ninguno fue un inversor que sólo invirtiera en un sector sino que la agenda de reuniones estaba bastante equilibrada, todos los analistas querían ver a todas las compañías.

¿Son periódicas estas visitas? Sí, normalmente lo hacemos a través del bróker JB Capital, y ellos encontraban la impresión de que hay eco en inversores que llevaban muchos años alejados de la bolsa española. Inversores de la costa oeste, varias de las compañías que nos acompañaron hacía cuatro años que no veían a ninguno. Eso no quiere decir que vayan a comprar pero lo peor que le puede suceder a una compañía es que no quieran verla.

La Ley ascensor flexibilizará las exigencias para estar en el MAB o mercado continuo. ¿Qué beneficios tendría esto? Ayuda mucho a posicionarse a la compañía en el segmento que resulta más adecuado. Estar en bolsa conlleva una serie de exigencias de gobierno corporativo, transparencia…que supone un esfuerzo por parte de la compañía. Hasta la fecha la única posibilidad era cotizar o no hacerlo en bolsa, no había alternativas. Con el MAB se presenta otra alternativa. Esto lo que hace es abrir el abanico y permite posicionarse en mercados adecuados según los inversores a los que la compañía se dirija. Ayuda a reposicionarse en las compañías.