Entre enero y agosto, el real brasileño se ha apreciado un 19% contra el dólar y desde que se inició un cambio de tendencia a principios de año, su valor no ha parado de subir. Destaca su revalorización con respecto a la libra esterlina, que pierde un 28% de su valor contra el real en este año. Si se compara con el euro, la apreciación es del 16%.
CONTRASTES MONETARIOS

En su emparejamiento con el peso argentino, la divisa brasileña se aprecia un 30%
Pero el real no sube únicamente contra las divisas principales, también es la mejor moneda del año si se compara con las emergentes. En su emparejamiento con el peso argentino, la divisa brasileña se aprecia un 30%, y si se compara con el peso mexicano, la subida es del 25%. La única moneda que aguanta el tirón es el rublo ruso, pero aún así pierde un 7% con respecto al real.
La diferencia entre las políticas monetarias de Brasil y las economías desarrolladas ha sido notable en los últimos años. Mientras el país sudamericano ha subido el precio del dinero hasta el 14,25%, Europa, EEUU, Japón y Reino Unido se mantienen con tasas prácticamente cero e incluso negativas. Esto ha ayudado a la apreciación de su moneda y la ha llevado a ser la mejor de 2016, mientras que las bajas tasas de crecimiento y la falta de inflación siguen frenando a los bancos centrales para subir tipos.
Durante 2016, la bolsa brasileña ha acompañado a la apreciación del real de forma casi perfecta. Desde los mínimos de enero, el Bovespa, principal índice bursátil brasileño, sube un 53%, en contra de lo esperado desde el punto de vista monetario, ya que una moneda apreciada, generalmente, frena las subidas bursátiles.
Los mercados están adelantando un panorama optimista para el futuro, en el que un nuevo gobierno, tras el juicio a la presidenta Dilma Rousseff, potencie el crecimiento de la mayor economía de sudamérica con una buena gestión del presupuesto. Durante los últimos días esta apreciación del real brasileño se ha visto frenada por las declaraciones de los miembros de la Reserva Federal de EEUU (Fed), que ven más probable un aumento de tipos de interés en septiembre, lo que ha hecho perder atractivo a los bonos brasileños.
Tras el velo de los Juegos Olímpicos, Brasil vuelve a la realidad, y la realidad es un país que lleva en recesión desde 2014 con una inflación en su nivel más alto de los últimos 13 años, situándose en el 8,74%. Además, cuenta con una moneda cada vez más apreciada que frena sus exportaciones. Sin embargo, la mayoría de los analistas coinciden en que la subida del precio del petróleo y la formación de un nuevo gobierno ayudarán a devolver al país a la senda del crecimiento.