Puedes ir al mejor concierto, pero como estés con unos buenos tapones te lo pierdes. O puedes estar en un espectáculo impresionante, pero si estás detrás de una columna, no vas a ver nada. Esto es lo que puede suceder con el efecto divisa en las inversiones. Es como esa columna. A veces no hace nada, a veces cuando parece que todo se desmorona es quien sujeta la estructura. Y a veces es la que te tapa de ver el espectáculo.

Visto el ejemplo, vamos a la realidad. ¿Cómo es posible que llevando un +14% el S&P 500, tu fondo indexado esté en números rojos? Es por el tipo de cambio euro-dólar, más conocido como EUR/USD.

Un fondo con subyacente en dólares (la mayoría que no son inversión en Europa) y comprado en euros (la mayoría para inversores europeos), se ve alterado por el tipo de cambio. Yo pongo euros, pero el gestor compra Microsoft en dólares. Ahí en medio hay un tipo de cambio que nos lo comemos. A veces para bien, otras para mal.

Si compras un fondo que replica el S&P 500 sin cobertura de divisa (unhedged), no solo estás invirtiendo en acciones americanas. También estás apostando, sin saberlo, por la evolución del dólar frente al euro.

En 2025, el S&P 500 ha subido más de un 14%… pero el dólar ha caído frente al euro un 14,5%%. El resultado es que, si eres un inversor europeo, esa revalorización se ha visto neutralizada por completo al convertir los beneficios de vuelta a euros.

La rentabilidad que ves en tu fondo no es solo lo que han hecho las acciones, sino también cómo ha evolucionado la moneda en la que están esas acciones.

Ahora bien, varias cosas a este respecto. A largo plazo, el efecto de la divisa es casi nulo. Hay años que pierdes rentabilidad “por la cara” y hay años que ganas rentabilidad “gratis”. Pero, en el largo plazo, el efecto divisa se diluye (ver gráfico 2).

Aunque, siempre puedes hedgear la divisa. Algunos fondos ofrecen versiones con cobertura de divisa (currency-hedged). Es decir, contratan instrumentos financieros para neutralizar el efecto del tipo de cambio. Así, te garantizan que, si el dólar cae frente al euro, tu rentabilidad no se ve perjudicada.

Y antes de que pienses que esta es la solución, atento. Hedgear cuesta dinero. Esa cobertura se paga. Por ejemplo, para cubrir el USD frente al EUR, el coste anualizado puede rondar el 1,5-2,5%. Es decir, si el fondo sube un 10% en dólares, tú verás solo un 7-8% después de cubrir la divisa.

Además, hedgear te protege solo cuando el dólar cae. Pero si el dólar sube, pierdes ese beneficio extra. Y, a largo plazo, un 1,5% menos asegurado es mucho dinero.

Fuente: Carlos Arenas Laorga

En este primer gráfico puedes ver que, cada año, un fondo en una u otra divisa cambia. A veces lo hace mejor en euros, a veces en dólares. ¿Qué es mejor? Salvo que tengas una visión clara de que el tipo de cambio se irá a 0,8 o a 1,5 euros por dólar, lo mejor es dejarse llevar. Como decía antes, habrá años en los que ganes por la cara y otros en los que te drene rentabilidad. Uno puede pensar que es una faena lo de este año, pero en 2024 se ganó una rentabilidad extra sin hacer nada, o en 2022, o en 2021…

Vale, cada año es distinto, pero ¿a medio y largo plazo?

Fuente: Carlos Arenas Laorga

Aquí tienes el ejemplo de un fondo con subyacente en dólares comprado en euros, dólares y hedge. Como ves, el hedge va a hacer siempre exactamente lo mismo que el fondo en dólares, con una rentabilidad 1,5-2,5 puntos menos. Siempre. En cambio, si lo ves en euros, los cambios son notables. La volatilidad con respecto al subyacente aumenta. Pero habrás observado que, conforme aumenta el plazo, esas diferencias se van haciendo más pequeñas, hasta sutiles décimas en 10 años.

Vale, creo que ya está explicado. Y ahora te puedes preguntar qué haces. Te lo digo, pero te adelanto que la respuesta no es única. Depende del horizonte temporal, del perfil de riesgo, de tu visión de la divisa…

Lo ideal es que tu inversión sea a largo plazo, por lo que te debería dar bastante igual la evolución del euro/dólar, que tenderá a equilibrarse con el tiempo. En ese caso, muchos inversores preferimos no cubrir, asumiendo que unos años compensan a otros. Fíjate en las diferencias a 5 años y a 10. Casi imperceptibles.

Ahora bien, si quieres hacer una inversión más táctica en renta fija, la cobertura puede tener sentido. Especialmente si una de tus necesidades es reducir volatilidad.

Pero hacer un hedge en un fondo de renta variable a largo plazo, solo te va a quitar rentabilidad. De verdad. No sucumbas porque este año haya ido mal el tipo de cambio para tu inversión. Te recuerdo que, en una cartera global, la exposición al dólar suele ser más grande de lo que el inversor piensa: renta fija, emergentes, materias primas… no solo acciones americanas. Y el hedge, te drena más del 1% cada año…

Fuente: Carlos Arenas Laorga

El error de la rentabilidad de este año no está en la elección del fondo, sino en el tipo de cambio. No es culpa del gestor. Si ves que los índices van por un lado y tu fondo por otro, además de la gestión activa, mira el tipo de cambio. Puede que, sin saberlo, tu base inversora esté en otra divisa distinta del euro. Casi seguro, de hecho). Pero, a largo plazo, puedes estar bastante tranquilo.

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