La Comisión de Bolsa y Valores (SEC) de Estados Unidos ha anunciado una nueva medida que permitirá a las compañías cotizadas evitar que sus inversores se unan a demandas colectivas ('class-action lawsuit'). Esta decisión marca un cambio significativo en la política de la SEC, que históricamente ha respaldado la participación de los accionistas en este tipo de demandas. El presidente de la agencia, Paul Atkins, ha respaldado esta iniciativa con la promesa de "hacer las Ofertas Públicas Iniciales grandes de nuevo".
La SEC ha comunicado que ya no penalizará a las empresas que impidan a sus accionistas participar en demandas colectivas, lo que representa un giro en la política que ha estado vigente durante décadas y que ha sido respaldada por gobiernos tanto demócratas como republicanos. Esta nueva medida permitirá a las empresas estadounidenses recurrir al arbitraje para resolver las reclamaciones de los accionistas, sacando estos conflictos del ámbito judicial.
Objetivo de la SEC
El objetivo principal de la SEC con esta medida es simplificar el cumplimiento normativo y desregularizar el mercado de acuerdo con la visión del presidente Donald Trump. Al permitir que las empresas eviten demandas colectivas, se busca reducir la carga legal y fomentar un entorno más favorable para las compañías cotizadas.
Por otro lado, Paul Atkins, presidente de la SEC, tiene como objetivo aumentar la atractividad de las salidas a Bolsa mediante la eliminación de requisitos que considera innecesarios en términos de protección a los inversores. Según Atkins, esta medida ayudará a minimizar la incertidumbre regulatoria y la complejidad legal asociada con las operaciones bursátiles.