Una de las innumerables frases célebres de Warren Buffet pasa porque los inversores nunca inviertan en negocios que no puedan entender. Algo que llevó a rajatabla durante años con Apple y de lo que luego se arrepintió.
Y para no duplicar la experiencia en 2008 hizo caso a su segundo al mando, al ya fallecido vicepresidente de Berkshire Hathaway, Charlie Munger, un gran admirador de la firma de vehículos eléctricos china BYD que le ha otorgado retornos multimillonarios superiores al 2.000%.
Y todo, tras esa reconversión de la compañía, que antes fabricaba baterías para teléfonos móviles para después liderar el sector de coches eléctricos. Ese año compró 225 millones de acciones de la firma por un valor de 232 millones de dólares.
Hace justo un año rebajó de forma importante su presencia en el valor, aunque la desinversión había empezado en 2023 de forma progresiva. Ahora mismo posee un 4,4% de BYD niveles en los que además, al caer por debajo del 5% su participación, Berkshire Hathaway no está obligado a revelar sus posiciones. Ahora esa participación alcanza las 162,6 millones de acciones con un precio de 2.674 millones de dólares de valor bursátil.
A pesar de que frente al 23,7% que representa a Apple, BYD solo supone el 0,9% de su cartera, lo cierto es que sus acciones suben este año un 45% y dan brillo al porfolio de Buffet en Wall Street.
Lo favorable de las acciones de BYD pasa por hacer realidad su nombre el Build Your Dreams, el construir tus sueños. Porque ya ha superado a Tesla y en apenas dos años se ha convertido en el fabricante de vehículos eléctricos más importante del mundo, con la fabricación, hasta marzo de 11,6 millones de unidades en el mercado, frente a los 7,5 fabricados de la compañía de Elon Musk.
Y su clave de crecimiento sigue siendo el ascenso en su cuota de mercado global, ya que alcanza el 19,33% en un mercado actual de 60 millones de vehículos eléctricos mundiales. La segunda más importante, las baterías.
La compañía ha invertido intensivamente en ese aspecto mientras que, además contrató al diseñador de Audi, Wolfgang Egger, para occidentalizar más sus coches, algo que a la postre le ha servido para sembrar de coches BYD esta parte del mundo y dar un salto cuantitativo más que importante a la empresa china.
Ahí entró en juego su batería Blade, con más capacidad, seguridad y, sobre todo, autonomía, lo que a la postre fue todo un éxito. Además se suma el anuncio de que lanzará al mercado cargadores ultrarápidos que servirán para cargar las baterías en apenas cinco minutos, algo que se producirá a lo largo y ancho de los próximos 12 meses en Europa.
Hablamos de 1.000 kilovatios de potencia que producirán un punto de inflexión en sus vehículos, con autonomía para 400 kilómetros y potenciará su compra, según los analistas, frente a los superchargers de Tesla que cargan a niveles de 250 kilovatios y suponen una autonomía de apenas 276 tras 15 minutos de recarga.
Entre los debes de la compañía, nos encontramos con las noticias de Reuters que indicaban esta semana que BYD ha desacelerado sus planes de expansión y producción, por lo que su expansión de los últimos años podría minorarse.
De momento la firma ha bajado hasta un tercio de su capacidad su producción, debido al aumento de su inventario, y la competencia feroz en China, que le ha llevado incluso a una drástica reducción de sus precios en el mercado. Además ha cancelado turnos nocturnos de trabajo, según algunas fuentes.
Y es que el stock supera ahora mismo a los coches que venció el pasado año, 4,27 millones, marcando un año récord y su objetivo inicial para este año era superar los 5,5 billones.
A pesar de todo esto, lo cierto es que para Barclays, las acciones de BYD son una clara compra en el mercado, con precio objetivo que acaba de doblar: desde los 40 a los 85 dólares, para su analista Jiong Shao, lo que supone otorga a los títulos de la compañía china una potencial progresión en el mercado del 420%.
Descubra las acciones Quality y el análsis realizado por Estrategias de Inversión