Este profit warning ya le ha valido a los accionistas de la empresa para que sus acciones cayeran casi un 20% desde que se confirmaron los malos resultados a principios de mes hasta el cierre de ayer.
Lo más preocupante son las cifras de ventas comparables, las que se han producido en las tiendas que llevan abiertas al menos un año. Así, los ingresos LFL han caído un 7%, cuando el año pasado por estas fechas habían caído un 6%.
La empresa se ha visto muy afectada, sobre todo, en las ventas de ropa de mujer. La competencia y la falta de ventas, además, la han llevado a poner en marcha una fuerte campaña de rebajas, lo que ha herido también los márgenes.
Los expertos y la propia compañía esperan que el negocio recupere algo de pulso al comienzo del otoño, con la venta de ropa de la nueva temporada.