Redeia ha sorteado los tres primeros trimestres del año con solidez. Pese al apagón del pasado 28 de abril, que dejó temporalmente sin suministro a toda la Península Ibérica en un episodio inédito desde la liberalización del sector, la compañía presidida por Beatriz Corredor ha cerrado los nueve primeros meses de 2025 con un beneficio neto atribuido de 389,8 millones de euros, un 4,6% inferior al registrado un año antes.
La caída se explica por la desconsolidación de Hispasat —cuyo negocio aportó 19 millones de euros al resultado de 2024— y por un deterioro del resultado financiero, que se situó en -77,3 millones, lastrado por menores ingresos de tesorería. Sin embargo, el beneficio operativo (EBIT) avanzó un 3,8%, hasta 615,6 millones, impulsado por un crecimiento del 3% en el EBITDA, que alcanzó los 950,9 millones de euros.
Ingresos al alza y fuerte inversión regulada
La cifra de negocio consolidada se elevó hasta los 1.262 millones de euros, un 1,8% más que en el mismo periodo del año anterior, sostenida por la actividad de transporte eléctrico nacional, que creció un 3,2%. El impulso regulatorio, la entrada en servicio de nuevos activos y el ajuste de la tasa de retribución financiera (TRF) explican buena parte del avance.
En contraste, la división internacional cedió un 4,9%, afectada por la depreciación del real brasileño, mientras que la de fibra óptica redujo ingresos un 2,4% en un contexto de renegociación de contratos.
Redeia mantiene el pulso inversor: entre enero y septiembre destinó 967,5 millones de euros a proyectos, un 51,7% más que un año antes, en su mayoría vinculados a la red de transporte nacional y a la transición energética. Solo la red peninsular absorbió 834 millones, mientras que el proyecto de almacenamiento en Canarias sumó otros 61 millones.
El apagón de abril: un desafío superado
El 28 de abril, la compañía afrontó uno de los mayores retos de su historia reciente: el denominado “cero en el sistema eléctrico peninsular”, una pérdida total de suministro que paralizó la red durante varias horas. Redeia, a través de su filial Red Eléctrica, lideró la reposición del servicio “de manera ágil y sin incidencias apreciables”, logrando restablecer la electricidad en la mayoría del territorio esa misma noche.
Los informes del Ministerio para la Transición Ecológica y del Consejo de Seguridad Nacional apuntan a un origen multifactorial del incidente, sin negligencia operativa atribuible a la compañía. Por ello, Redeia no ha contabilizado provisiones relacionadas con posibles reclamaciones, aunque mantiene bajo vigilancia las investigaciones en curso de la CNMC y la Audiencia Nacional.
Dividendo estable y mirada a 2030
El Consejo de Administración ha aprobado un dividendo a cuenta de 0,20 euros por acción, en línea con su compromiso de retribución mínima de 0,80 euros por título con cargo al ejercicio 2025. La deuda neta asciende a 6.083 millones de euros, tras un intenso ritmo inversor, compensado parcialmente por subvenciones europeas y la generación de caja operativa.
De cara a los próximos años, Redeia será pieza clave de la Planificación Eléctrica 2025-2030, que contempla 13.600 millones en inversiones para reforzar la red y avanzar en los objetivos del PNIEC. El grupo consolida así su papel como columna vertebral de la transición energética, en un entorno de volatilidad regulatoria, aumento de demanda y desafíos técnicos inéditos.