Para Pictet AM este proyecto tiene como objetivo aumentar el conocimiento sobre como canalizar ahorros de manera profesional y segura, con un canal de comunicación amable en lenguaje accesible a las nuevas generaciones, abierto a la industria financiera y útil a la sociedad, incluyendo personas y sectores sin contacto con la industria de los fondos. Gonzalo Rengifo, director general de Pictet AM en Iberia y Latam, lleva tiempo señalando que hay que situar la educación financiera en las enseñanzas básicas y, siendo labor conjunta de gestoras y asesores, es labor de los propios ahorradores, accediendo a un asesoramiento profesional.

“Mi Primer Fondo de Inversión. Rentabilidad y Sostenibilidad” es una herramienta de educación financiera básica. Está elaborado con la Fundación María Jesús Soto, que lleva años trabajando en transmitir conceptos básicos de finanzas a las nuevas generaciones y a quienes no han tenido oportunidad de formarse en asuntos financieros o bien no provienen del sector y les es ajeno. Son conscientes de su capacidad de ahorro y empieza a pensar cómo planificar su jubilación, para lo que tienen que entender muy bien para que sirve y cómo funciona cada activo financiero.

La Fundación lleva más de una década con educación financiera básica. Empezó con un libro sobre inversiones para menores con los personajes Carol y Nico. Quieren comprarse una moto y se dan cuenta que necesitan ahorrar, pero solo guardando su dinero en la hucha no es suficiente. Invirtiendo, a pesar de las amenazas de la inflación, puede crecer sus ahorros. El segundo libro está destinado a entender que una empresa tiene partes como un cuerpo humano. El tercero explica cómo encaja todo en la sociedad. Incluso hemos tratado la sostenibilidad, es decir, como invertir también para ayudar al planeta.

En este nuevo libro estos niños se han hecho mayores de edad y se puede empezar a hablar con rigor de conceptos complicados o sofisticados. Carol es ahora responsable de la cartera de fondos que le abrieron sus padres. Así que tiene mucho interés por conocer cómo se cocinan los productos financieros. En el libro hemos procurado no confundir sencillez con simplicidad y abordamos, por ejemplo, que una cosa es lo que hace una compañía y otra que su cotización sea volátil por más o menos apalancamiento, características que pueden condicionar en más del 50% de la rentabilidad del activo.

Por su parte, además del libro, han empezado a desarrollar vídeos y contenidos pedagógicos digitales.

La cocina es un idioma universal

El caso es que tenemos que comunicarnos una manera mucho más sencilla y accesible.  En este sentido la cocina es un idioma universal.

La rentabilidad es el sabor y las calorías el riesgo. Los depósitos son parte de los aperitivos, de menor contenido de calorías. La renta fija se asemeja a primeros platos, algunos con más carga de especias, exóticos o picantes, pero en general tienen menos sabor -rentabilidad- pero también menos riesgo. El termostato o puntos de cocción se asemeja al plazo y al riesgo duración -sensibilidad a variaciones de tipos de interés-. El segundo plato o platos principales son las acciones. Con ello esperas más sabor -rentabilidad- pero también más calorías -riesgo-. Ahora bien, el resultado depende de cómo se cocine y con qué escuela, como “valor” o “crecimiento”. El retorno absoluto los postres y el vino el apalancamiento -que con moderación aporta-. Los derivados financieros son postres más sofisticados.

En la cocina los fondos son cazuelas donde se incorporan los ingredientes: bonos, acciones materias primas, divisas y derivados. Una vez cocinado se guarda en la nevera: el depositario.

Sostenibilidad e ingredientes

Respecto a sostenibilidad se trata de entender los ingredientes, si son bio o naturales, si su proceso es más ecológico a lo largo de la cadena de valor, su origen y calidad, además de la higiene -esto es la gobernanza- en la cocina y el impacto social. A ello se añade el compromiso con el diálogo, es decir, los comensales deben tener responsabilidad al comer.

El mercado financiero, un gran centro comercial con cientos de restaurantes o gestoras

Cada gestora es un restaurante y el mercado financiero un gran centro comercial con cientos de restaurantes o gestoras. Así que es bueno que haya una persona que indique dónde merece la pena más comer y que está rico en cada sitio, de la misma manera que se pide un fondo, lo que depende de qué tipo de comida que gustes. A veces apetece una hamburguesa, algo sencillo -gestión pasiva- y a veces un plato elaborado -gestión activa tradicional-. En todo caso las cocinas son el centro de producción de las gestoras, donde se guisan los platos. Es donde están los gestores, lo que tiene un precio. Puede interesar un plato barato para quitar el hambre, pero a veces merece la pena pagar en ingredientes de origen razonable, la higiene y el menú más completo posible. Incluso para ello el fondo de fondo o cartera gestionada permiten menús de degustación.

Los criptos pueden producir indigestiones

También explicamos blockchain, que facilita la trazabilidad y autenticidad de los ingredientes. Requiere red “peer to peer”, apuntes contables o recetario y un algoritmo de verificación que permita decir que es auténtico o real. Permite nuevos sabores o activos.

El problema es que los “criptos” no son fácilmente custodiales. No se pueden guardar en la nevera fácilmente. Si no está escrupulosamente regulado no puedes tenerlo alegremente en el restaurante. Tienen problemas de gestión y pérdida de contraseñas y de contrapartida. Se les debe exigir los mismos controles de blanqueo de dinero y conocimiento previo del cliente. La plataforma sobre la que opera también debería cumplir con todos los requerimientos. Su valor depende de la oferta y demanda, pero también del colateral. Si es EUR del BCE es defendible, no si su garantía está colateralizada por un algoritmo que no está claro quien custodia.  Pueden producir indigestiones y antes de servirlo en la mesa como si fuera el plato estrella conviene que el comensal lo tenga claro.