La producción de energía con fuentes renovables está en auge, y con ello la garantía de mantener el suministro eléctrico sin depender del clima ha hecho que los ciclos combinados desempeñen un gran papel. Los ciclos combinados sirven de gran ayuda a la transición energética mediante tres vertientes. Por un lado, permiten y favorecen la cada vez mayor penetración de energías renovables. Por otra parte, estas instalaciones han desplazado a las centrales de carbón, lo que ha supuesto una reducción notable de las emisiones del sistema. Por último, la irrupción de los gases renovables abre una vía de descarbonización eficiente y competitiva que puede extenderse al campo de los ciclos combinados, ya que estas instalaciones están preparadas para funcionar con gas renovable y ser así su funcionamiento compatible con las “no emisiones”.

Con cerca de 25.000 MW de potencia flexible instalada, los ciclos combinados aportan una seguridad estructural al sistema. Sin ellos, no habría sido posible alcanzar las actuales cuotas de generación renovable ni mantener la estabilidad de la red. Además, su elevada eficiencia con rendimientos que duplican a las antiguas térmicas convencionales y unas emisiones sensiblemente inferiores a las del carbón han permitido reducir de forma notable la huella de carbono del sistema eléctrico español en la última década.

Los datos recientes refuerzan esta realidad. En octubre, los ciclos combinados aportaron el 23,6% de la generación nacional, siendo la primera tecnología del mes eléctrico. Un mes después, en noviembre, el parque español de ciclos combinados alcanzó una producción superior a los 40 TWh, un 33% más durante el mismo periodo del ejercicio anterior. 

En la carrera por liderar los ciclos combinados, Naturgy se encuentra en primera posición, ya que actualmente gestiona 17 instalaciones con una potencia conjunta de 7,4 GW, todas ellas disponibles tanto para el mercado como para los servicios del sistema. 

Un paso más allá en la excelencia operativa

Para gestionar este completo parque de ciclos, la compañía energética ha puesto en marcha un gran proyecto: se trata de un nuevo Centro de Control Remoto (CCR) de ciclos combinados en Sagunto (Valencia), desde el que centraliza la operación y supervisión en tiempo real de las 17 centrales que tiene en España. 

El CCR de Naturgy utiliza herramientas digitales avanzadas, sistemas de supervisión y algoritmos predictivos basados en inteligencia artificial. Esto permite coordinar de forma segura tanto esta instalación, como los arranques y paradas de todas las centrales. Asimismo, permite optimizar su respuesta en la prestación de servicios críticos para el sistema en tiempo real, reforzando su rol como la flota de generación que más seguridad aporta al sistema español.

La centralización no solo incrementa la flexibilidad, sino que también reduce costes, mejora la planificación del mantenimiento y contribuye a una operación más sostenible, al minimizar arranques innecesarios y optimizar el consumo de combustible.

Este liderazgo no es casual. Naturgy mantiene una política sostenida de inversión en mantenimiento y mejora de sus activos, con una media superior a los 100 millones de euros anuales destinados a garantizar su fiabilidad y disponibilidad. 

Oportunidades y retos

Las instalaciones de los ciclos combinados están preparadas para operar con gases renovables, lo que abre una vía realista y competitiva para avanzar en la descarbonización del sistema sin renunciar a la seguridad de suministro.