El "Plan de Empleo Americano" del presidente Biden propone un proyecto de ley que supone un enorme gasto en infraestructuras, subrayando el compromiso de su administración de
llevar a cabo una transición hacia una economía de bajas emisiones de carbono y mejorar la calidad general de las infraestructuras tras décadas de desinversión en áreas críticas como carreteras, puentes, sistemas de agua y la red eléctrica. Sin embargo, el plan va más allá, ya que la pandemia ha puesto de manifiesto la vulnerabilidad del empleo, con más de 9.000 millones de puestos de trabajo perdidos, y la fragilidad del sistema sanitario, que amenaza la estabilidad económica de muchas familias estadounidenses. Invertir en el futuro es sin duda una prioridad para Biden.

El plan, que supone más de dos billones de dólares y equivale al 10% del PIB actual del país, se enfrenta ahora a un duro debate en el Congreso, donde la financiación a partir de mayores impuestos a las empresas y otro tipo de gravámenes se encontrará con la resistencia de los republicanos. Por tanto, las cifras propuestas son meros puntos de partida y en los próximos meses surgirán más detalles. Esto implica que muchas cosas pueden cambiar antes de que se apruebe la legislación, que necesitará el apoyo total del Partido Demócrata.

La propuesta incluye una prórroga de 10 años de los créditos fiscales a las renovables y un posible aumento de las redes eléctricas. Esto es un buen presagio para las empresas eólicas y solares, y otros detalles apuntan a un apoyo financiero para el desarrollo del almacenamiento de energía, la captura y retención del carbono, células de combustible y la infraestructura de los vehículos eléctricos. La propuesta de Biden también incluye el apoyo a las comunidades más vulnerables a los desastres relacionados con el clima. Los esfuerzos de resiliencia se centran en la red eléctrica, los sistemas de alimentación, las infraestructuras urbanas, la salud y los hospitales comunitarios y los activos de transporte.

Las inversiones mejorarían la eficiencia energética en las escuelas públicas, las guarderías, los hospitales y los edificios federales. Además, la propuesta exige mejoras, modernización, saneamiento de contaminantes e infraestructuras en todo el sistema de aguas. El plan de Biden sobre el agua incluye incentivos fiscales y de otro tipo para las inversiones que buscan reducir la exposición a las tuberías de plomo en muchas comunidades.

Más allá de la reparación de infraestructuras antiguas
El plan de la administración de Biden va más allá de la reparación de viejas infraestructuras: el plan pretende ofrecer un crecimiento inclusivo y equidad social a las comunidades desfavorecidas mediante la creación de nuevos puestos de trabajo y la inversión en nuevas tecnologías y educación. El gasto se realizará a lo largo de un periodo de ocho años, lo que podría fomentar un fuerte crecimiento del PIB durante varios años. El objetivo último de Biden es garantizar que Estados Unidos siga siendo un líder económico mundial durante las próximas décadas.

Para aprovechar las oportunidades que surgen, los inversores deben mirar más allá de las soluciones eólicas y solares obvias y considerar las oportunidades en áreas como la infraestructura de energía limpia, las industrias de recursos eficientes, el transporte de bajas emisiones, las tecnologías de la construcción y el agua limpia. Algunos ejemplos de empresas relacionadas con todos estos sectores son Hannon Armstrong, Itron, Trane Technologies y Quanta Services, por citar algunas.

Hannon Armstrong financia proyectos de cambio climático en áreas como la generación de energía eólica y solar, así como el almacenamiento de energía. Gracias a su acceso a la financiación, la empresa es una de las típicas promotoras no sólo de iniciativas públicas de clima y eficiencia energética, sino también de instalaciones solares en tejados para propietarios particulares.

Itron, empresa tecnológica estadounidense que permite a las compañías de servicios públicos y a las ciudades ofrecer soluciones de infraestructuras críticas de forma segura y fiable a las comunidades de Estados Unidos y de más de 100 países en todo el mundo. Su cartera de redes, software y servicios inteligentes ayuda a gestionar eficazmente los recursos de electricidad y agua.

Trane Technologies fabrica equipos energéticamente eficientes para la calefacción, la refrigeración y la limpieza del aire en los edificios, pero también para la manipulación de fluidos industriales y las soluciones de la cadena de suministro de frío para productos alimentarios y farmacéuticos. De este modo, la empresa permite ahorrar energía a la vez que proporciona mejores condiciones interiores y reduce los residuos al ofrecer soluciones de climatización para trasladar alimentos refrigerados, medicamentos y otros productos perecederos por todo el mundo. La normativa, cada vez más estricta, exige refrigerantes con bajo "potencial de calentamiento global", que sean seguros y rentables, mientras que los equipos deben cumplir las normas de eficiencia energética más estrictas de la actualidad. Aunque la normativa suele contribuir a desencadenar la decisión de inversión requerida, creemos que los beneficios en términos de costes motivarán a los clientes de Trane a cambiar incluso sin un impulso inducido por el gobierno.

Quanta Services construye infraestructuras de redes eléctricas, de comunicación y de energía, y presta los servicios de mantenimiento correspondientes, así como trabajos de reparación tras peligros naturales, sobre todo en Estados Unidos. El calentamiento global provoca peligros naturales más frecuentes y graves, lo que no sólo requiere trabajos de reparación rápidos, sino también grandes inversiones para mitigar los riesgos del cambio climático.

La renovada ambición de Estados Unidos de luchar contra el cambio climático y contribuir a una economía más ecológica ayuda a lograr una alineación con China y Europa en lo que respecta a las ambiciones climáticas. Aunque algunos programas políticos siguen basándose en las subvenciones, los programas más amplios y eficaces no requieren mucho dinero del gobierno. Se centran más bien en los requisitos de eficiencia energética y en el fomento de un suministro energético más sostenible. Cada vez más, los avances tecnológicos han alcanzado un nivel de competencia eminente, de modo que los titulares deben adaptarse o desaparecer. En las próximas décadas, para Vontobel AM, cabe esperar muchas oportunidades interesantes para los inversores a largo plazo en estos ámbitos.