Este vehículo se apoya en un enfoque de renta fija flexible global, con la capacidad de invertir en todos los segmentos del universo de bonos. La esencia del fondo, me decía Eliezer, reside en tres pilares que definen su rendimiento y carácter diferenciador: una asignación de activos amplia y diversificada, una gestión dinámica de la duración y una delegación experta en los bloques de crédito y mercados emergentes; es decir, un equipo muy bueno y con gran experiencia.

En cuanto a la asignación de activos, el fondo combina posiciones en bonos soberanos tanto de mercados desarrollados como emergentes, junto a emisiones de crédito —incluyendo deuda financiera con grado de inversión— y una exposición limitada al crédito estructurado de hasta el 10%. El segundo pilar, añade Eliezer, consiste en la gestión del riesgo de tipo de interés, con un rango de duración que puede oscilar entre -3 y +8, lo que les permite adaptarse de forma flexible a los distintos entornos de mercado. Finalmente, el tercer pilar radica en la colaboración con equipos especializados, ya que los gestores delegan por completo las decisiones sobre crédito y deuda emergente a los expertos internos de Carmignac, lo que refuerza la profundidad del análisis.

Esa flexibilidad ha sido clave para aprovechar ineficiencias del mercado. Eliezer recuerda que “cuando Donald Trump fue elegido, el mercado mostró un optimismo excesivo sobre la economía estadounidense, mientras que en el resto del mundo reinaba un pesimismo desmedido”. Siguiendo su enfoque contrario, el fondo decidió mantener una duración larga en EE.UU. y una posición negativa en Europa, anticipando movimientos divergentes en los tipos de interés. Esa decisión resultó acertada: “nos beneficiamos de tasas más altas en Alemania tras el anuncio del paquete de estímulo fiscal del canciller Mertz, y al mismo tiempo de tasas más bajas en EE.UU. cuando Trump anunció el Liberation day, lo que ayudó al fondo a superar significativamente el rendimiento del mercado”.

La gestión del riesgo ocupa un lugar central en la estrategia de Carmignac. Eliezer destaca que la firma dispone de dos equipos dedicados al control del riesgo: uno tradicional, encargado de velar por el cumplimiento de los límites operativos, y otro integrado en el front office, que monitoriza métricas avanzadas como el Value at Risk y evalúa la interacción entre las distintas estrategias. “Es crucial tener este tipo de medidas para capear tiempos volátiles en el mercado”, subraya.

En cuanto a sus convicciones actuales, el gestor mantiene una visión constructiva sobre Estados Unidos. Considera que “la economía estadounidense es bastante resistente e incluso se recuperará de la desaceleración del segundo trimestre”. La persistencia de la inflación por encima del objetivo de la Reserva Federal refuerza su expectativa de que las tasas “subirán en próximos meses”. En este contexto, el fondo expresa su convicción de que “la inflación se mantendrá por encima del 2%”.

Por el contrario, en Europa observa oportunidades en el tramo medio de la curva (3 a 5 años), donde las expectativas de inflación siguen contenidas y la pendiente de la curva ofrece valor. “Nos gustan los rendimientos reales en ese tramo”, explica, aunque advierte que a largo plazo las tasas tanto en Europa como en EE.UU. continuarán subiendo debido a “la indisciplina fiscal de las economías desarrolladas”. Entre las áreas de cautela menciona el crédito y algunos países europeos, “como Francia, donde la inestabilidad política y la falta de disciplina fiscal implican que el diferencial se ampliará”.

Pese a los buenos fundamentales, Eliezer advierte que las valoraciones del crédito están “demasiado estiradas” y no compensan adecuadamente el riesgo asumido. En su opinión, los bancos centrales están relajando las condiciones financieras, lo que “está impulsando la inflación”. Recuerda que la Reserva Federal ha tendido históricamente a priorizar el pleno empleo, incluso a costa del objetivo de precios, lo que ha derivado en “una inflación persistentemente por encima del 2% durante años”. Aunque los recortes de tipos favorecen los activos de riesgo, también “alimentan las presiones inflacionarias” en Estados Unidos.

El gestor considera que estamos en una nueva era macroeconómica iniciada con la pandemia de COVID-19. “La etapa anterior, desde la crisis financiera hasta el COVID, estuvo dominada por las políticas monetarias; bastaba con escuchar a Draghi o Bernanke para saber cómo reaccionarían los mercados de renta fija”, señala. Hoy, en cambio, el foco se ha desplazado hacia las políticas fiscales, tanto en economías desarrolladas como emergentes. “Las políticas monetarias siguen siendo importantes, pero están menos en la primera fila de lo que estaban hace diez años”, resume.

De cara al futuro, Eliezer se muestra confiado en la capacidad del fondo Carmignac Portfolio Flexible Bond para afrontar este nuevo entorno. “Llevamos gestionando esta estrategia durante los últimos 13 años”, comenta. Esa experiencia, que abarca desde periodos de tipos negativos y políticas de expansión cuantitativa hasta la actual fase de tipos más elevados y tensiones geopolíticas, constituye una ventaja decisiva. “Estamos completamente basados en convicciones y no limitados por un indicador de referencia”, afirma. Gracias a ello, el fondo ha mostrado “resiliencia y regularidad” a la hora de cumplir su doble mandato: superar el rendimiento del mercado de renta fija y generar retornos positivos en cualquier entorno en un horizonte de tres años.