La prima de riesgo española vuelve a vivir un momento dulce. Y lo hace con los mejores niveles en el diferencial entre la deuda alemana y la española que se viven en este complejo y difícil 2020 dominado por la pandemia. El spread ha pasado de niveles que rozaban los 150 puntos básicos en marzo, durante el confinamiento, a los 63,9 pb que ha marcado en los últimos días, mínimos anuales. 

Ha superado sus últimos obstáculos. Por ejemplo los que vimos a finales de octubre, en 80 puntos básicos y máximos de los tres meses precedente, que tensaron la cuerda por la aversión al riesgo de los inversores y su “refugio alemán”, antes de la última reunión del BCE y por la complicación de la segunda ola del coronavirus en toda Europa. Ahora, cada vez más lejos de esos niveles, se mira a la reunión del Banco Central Europeo de diciembre en la que se esperan nuevos estímulos, a pesar de las vacunas, ante la cautela que se ha mostrado desde la entidad: las vacunas han mejorado el horizonte, pero este aunque se vislumbra más positivo, no llegará hasta medio plazo. 
 

Fuente: Infobolsa 

Empeorar antes de mejorar. Es lo que espera la institución de Christine Lagarde aunque a nadie se le escapa que son dos los factores que están influyendo sobremanera en la mejora de las primas de riesgo en toda la Eurozona. La primera, el programa de fondos europeo, que a pesar de los escollos sobre la mesa para vetarlo de Polonia y Hungría aunque también de Estonia, se ve cada vez más cerca. Una bocanada de dinero fresco que sera fundamental en la implementación de ayudas directas e inversión para los sectores más afectados por la pandemia.

La segunda, las novedades sobre las vacunas: la cercanía de las primeras dosis, los niveles de inmunidad para las tres más desarrolladas del mercado, Pzifer, Moderna y Astra Zeneca en el mayor optimismo que se recuerda en las bolsas desde que nos atacó el Covid-19. La mejora en los valores cíclicos más castigados, el cambio de sesgo que ya se muestra durante cuatro semanas consecutivas y, en definitiva, la primera luz al final del túnel, ha sembrado el optimismo en el ánimo de los inversores, en una progresión que parece mantenerse en el tiempo. 

Fuente: Infobolsa 

Del otro lado está la configuración de esa prima de riesgo que es diferente en niveles a la que vimos en febrero, con los anteriores mínimos del año. Si entonces la rentabilidad de la deuda alemana entraba más en niveles negativos, frente a los niveles claramente positivos de la España. Ahora la diferencia se mantiene pero con la deuda española en niveles cada vez más cercanos a cero, mientras se profundiza el negativo de la germana. 


Distinta composición que no nos debe hacer olvidar la realidad: el sostenimiento del BCE con sus compras de deuda de los países más castigados como España es lo que coloca nuestra rentabilidad en esos niveles y no la realidad de un mercado que tensiona nuestro endeudamiento en cifras a niveles de 1,30 billones de euros. O lo que es lo mismo del 110% de nuestro PIB y subiendo, ante la mayor carga de las ayudas públicas y los menores ingresos tributarios.  

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