¿Se han preguntado alguna vez la importancia real de los mercados de capitales? La historia de la civilización siempre ha destacado por el desarrollo cultural, social y económico. A lo largo de la dicha historia hemos asistido al desarrollo del comercio y la tecnología con el fin de mejorar el estado del bienestar pasando por distintos órdenes económicos como el feudalismo, el comunismo y el capitalismo. Actualmente vivimos en una sociedad democráticamente dirigida bajo un sistema de organización económica capitalista. De ahí precisamente la gran importancia del capital, por ende, de los mercados financieros.

Los mercados financieros cotizan codicia y pánico, siendo flujos emocionales quienes determinan transacciones monetarias y son potenciadas entre millones de traders. Pero si hay algo en común en los mercados financieros, es sin lugar a dudas el capital. El capital, entendido como el dinero, es lo que se cotiza en dichos mercados. La audacia del ser humano, ha llevado a la continua evolución y el instinto por la supervivencia ha llevado y llevará al mundo a superar todos los retos que se pongan por delante, pues al fin y al cabo, el sistema es implantado por la sociedad y no un mandato imperativo.

La acción humana liderada por mezcla de inquietud y ambición, lleva a jóvenes emprendedores a proyectos empresariales vitales que consisten en convertir una idea en un producto o servicio. La consecuencia de convertir una idea en un producto o servicio es un beneficio, al fin y al cabo consistente en producir a bajo precio algo vendido a un precio superior, ¿les suena? En efecto, la especulación no es exclusivo del mercado bursátil, es una forma de vida, una manera de ser, muy nuestra, muy humana. Especular con ideas es la base del capitalismo y grandes cantidades de dinero se pierden en proyectos empresariales. Sin embargo, una idea puede convertirse en Facebook, Google, Twitter, en un iphone o incluso en algo tan refrescante como una Coca-Cola. Pero crear un negocio requiere de un bien común; capital. Aquí radica la importancia de los mercados, en la necesidad de buscar financiación, para poder especular con nuestras ideas y convertir un sueño en un negocio multimillonario.

El capital entonces es absolutamente clave en nuestros mercados puesto que la demanda de capitales impulsa a los mercados financieros a tendencias alcistas que encuentran su fin, en el momento que precisamente la oferta supera la demanda. Simplificando, cuando hay más dinero que papel, la bolsa sube. En el momento que el dinero desaparece, las bolsas se desploman a medida que se retroalimenta el pánico vendedor con la ejecución masiva de créditos, comúnmente denominada “margin call”.
Me gusta acercar la reflexión acerca del mercado, la especulación y la habilidad humana de superación diaria, eso intentamos; ganar.
Soy trader, especuladora y con orgullo asumo que me enfrento diariamente a una lucha continua de habilidad, contra otros especuladores. No se confundan, el mercado no se defiende, fluctúa y somos los traders quienes atacamos. Atacamos por perseverar en una idea ganadora, o asumir el error de una perdedora. El conjunto de Mr. Market simplemente dicta sentencia.

Europa necesita el golpe definitivo para resolver la crisis
Siempre he defendido desde mi tribuna de opinión las actuaciones monetarias del BCE liderado por Draghi. El tecnócrata ha sido determinante para que Europa pueda continuar su política de austeridad claramente deflacionista y obsesiva hacia el desendeudamiento.

Las últimas previsiones del FMI y de la Unión Europea han determinado que Europa sigue lastrada bajo elevados riesgos recesivos mientras continúen los recortes presupuestarios. La competitividad Europea se ha visto agravada por la crisis y por las decisiones políticas, no podemos negar que la mayoría son positivas a largo plazo, pero pueden desencadenar una nueva crisis, una nueva recesión. La solución por lo tanto a la crisis es el crecimiento y éste únicamente llegará de la mano de la expansión monetaria, es decir de decididas políticas reflacionistas que impliquen más capital. Como ven más capital implica más demanda y más demanda implica más subidas. Así lo hemos podido comprobar con Japón tras una decisiva actuación del gobierno dirigido por Shinzo Abe, que de algún modo ha interpretado que el crecimiento es la única vía para salvar una economía deflacionista y una deuda sobre el PIB del 240%. Sin crecimiento, el largo plazo es muy complejo para una economía nipona sin excedente comercial el año pasado. Las buenas noticias podrían llegar a Japón en julio, momento en el que Abe podrá hacerse con la cámara alta del Parlamento y culminar toda su ambición basada en otorgar un mandato sin límites a Haruhiko Kuroda , para comprar de forma decidida y determinante en los mercados de deuda pública y privada de equity e incluso títulos inmobiliarios.



La carrera del JPY en los últimos meses manifiesta la importancia que tiene el capital en los mercados financieros y es que las medidas expansivas adoptadas son mastodónticas. Este suceso ha producido una devaluación de la divisa nipona, en aras de mejorar la competitividad internacional. Éste camino iniciado por Bernanke y continuado por el BOJ, ha sido interpretado positivamente por los diferentes bancos centrales que como el banco central británico, han llevado a cabo decididas políticas monetarias, que en el caso de Inglaterra le ha costado una rebaja en su calificación crediticia.
Curiosa ironía del destino, que ha brindado al capitalismo una prueba a su supervivencia, con la peor crisis económica del capitalismo liderada por Bernanke, un erudito que se ha preparado toda la vida para entender las causas y errores de la Gran Depresión.

Según el FMI, la competitividad Europea pasa por mantener estabilizada la divisa común en la horquilla 1.25 – 1.35 respecto al cruce con el USD. La superación de forma sostenida del 1.35 pondría en peligro la competitividad de una economía Europea en la fase final de sus políticas presupuestarias que han tenido un coste económico y social muy elevado.



Sin embargo, parece que los mercados empiezan a confiar en la recuperación Europea. La prima de riesgo se reduce y el coste de financiación de España mejora. La reestructuración del sistema financiero español pasa ya por su fase decisiva, mientras a su vez Italia ha demostrado su desconformidad con el ejecutivo presidido por Monti. Europa necesita crecimiento y el crecimiento no pasa por la austeridad. La inflación se autocontrola con el desendeudamiento global y la desaceleración de las economías emergentes. Este suceso es clave para comprender que el BCE necesariamente debe reactivar el crecimiento, así lo endiente Draghi que en su último discurso amenazó al mercado con nuevas bajadas de tipos de interés, produciendo una fuerte caída del EUR/USD.

EL IBEX 35 sigue aniquilando el pesimismo
Tras el imponente impulso alcista en los primeros meses del año, la corrección recordó a los alcistas 4 años de pérdidas bursátiles en los últimos 5 años. El sentimiento de alivio y esperanza de los alcistas sigue latente y cada corrección primaria, anima a los bajistas a liderar una corriente mediática basada en el terror, del mercado bajista. Sin embargo y como siempre digo, para los traders no es tan importante la predicción en sí, más bien la anticipación y la convicción de ejecutar lo pensado. Muchos traders se quedan asombrados tras un imponente mercado alcista, pero los “¿y si...?” no forman parte de los beneficios. Cierto es que los traders sufrimos grandes curas de humildad que nacen de la convicción y de la anticipación, pero una correcta gestión del riesgo y una decidida acción monetaria nos permite apalancar las ganancias y sacar provecho de un movimiento direccional de una forma mucho más lucrativa.



Así pues, la pauta que comentaba la semana pasada se ha cumplido a la perfección y ahora el mercado debería mirar hacia el máximo anterior de la tendencia primaria en los 8.734 puntos. En ese punto, los alcistas deberán demostrar si el movimiento direccional se extiende planteando cotas de 5 dígitos o se estabiliza en una primavera lateral sin demasiados brotes verdes.
Como ven el mercado sigue apasionante, bajo un conflicto emocional entre la esperanza y el miedo, y ante un entorno macroeconómico absolutamente decisivo, como nunca antes lo ha sido.