Bitcoin ha vuelto a superar la barrera de los 100.000 dólares, marcando nuevos máximos históricos. Este repunte se puede explicar principalmente por tres factores clave: entrada de flujos en ETFs -en las últimas semanas, los flujos netos han superado los 5.000 millones de dólares, lo que representa un indicio claro del interés institucional y, por efecto arrastre, de los minoristas-, avances regulatorios en EEUU y mejoras en el entorno macroeconómico, lo que deriva en un renovado apetito por los activos de riesgo, entre ellos Bitcoin y otras criptomonedas. Tras este último repunte, a corto plazo, resulta complejo prever con precisión la evolución del precio de Bitcoin debido a su alta volatilidad. Sin embargo, a medio plazo, todo indica una tendencia alcista sostenida.

Por otro lado, Ethereum también ha logrado superar niveles de resistencia técnica importantes y, en este punto, la gran incógnita es saber si lo ha hecho como parte de un movimiento estructural propio o simplemente como reacción al rally liderado por Bitcoin. Por un lado, es cierto que, históricamente, Bitcoin ha actuado como el activo de referencia en el mercado de criptomonedas, marcando la dirección del ciclo. En la mayoría de los casos, es la primera en alcanzar nuevos máximos, y en los últimos meses ha sido, de hecho, la única criptomoneda que ha superado con claridad sus anteriores récords. Como es habitual, Ethereum ha seguido esta estela, consolidándose como la segunda en capitalización de mercado y siendo la siguiente en repuntar durante los ciclos alcistas.

Pero, por otro lado, más allá de Bitcoin, un factor determinante en el reciente repunte de Ethereum ha sido la implementación de su última actualización, denominada Pectra. Esta mejora técnica ha incrementado notablemente la eficiencia de su blockchain, lo que ha generado un renovado entusiasmo entre los inversores. Como resultado, el precio de Ethereum llegó a subir hasta un 25% en tan solo 24 horas tras el anuncio.

Además, es importante destacar una dinámica común entre los inversores del ecosistema cripto: una vez que Bitcoin alcanza sus máximos históricos, muchos optan por rotar capital hacia activos con mayor riesgo y potencial de crecimiento, como Ethereum y otras altcoins. Este comportamiento, conocido como “surfear el ciclo”, también ha contribuido a la reciente escalada de precios de Ethereum.