En este escenario,el FMI considera “crucial mantener el momentum reformista. Las reformas estructurales tendrán que continuar para conseguir un crecimiento suficiente, que rebaje el desempleo hasta niveles razonables. Las reformas prioritarias en el sector financiero deben incluir medidas para elevar la concesión de crédito y apoyar la recuperación. Estas medidas pueden ayudar a la economía a entrar en un círculo virtuoso de menores costes de financiación, mayor rentabilidad y capital, mejores condiciones de crédito para las familias y empresas y mayor creación de empleo”.
En este sentido, el FMI recomienda mantener y aumentar la supervisión a la banca y elevar el nivel de capital de los bancos (mediante ampliaciones de capital, la limitación de los dividendos en 2014 y la mejora de la eficiencia). Además, recomienda asegurarse de que el mecanismo para convertir los DTAs se completa y facilitar la venta de activos problemáticos y la conversión voluntaria de deuda, mediante la reducción de los obstáculos fiscales para la venta de activos.