En este ambiente ha destacado una materia prima por encima del resto: el oro, que tras un inicio titubeante en la que volvía a sus mínimos en los últimos años, ha recuperado su senda alcista, impulsada por su valor refugio.

La principal razón del descenso de los metales preciosos fue la búsqueda de liquidez de los inversores. Sus ventas masivas hace una semanas contrasta con la situación actual en la que es prácticamente imposible encontrar stock de lingotes de oro o plata.

En dichas circunstancias, Silver&Gold Patrimony ha anunciado que sus contratos de compra de oro han crecido un 125% desde el comienzo de la crisis del coronavirus: “Cuando todos los alarmistas salieron a vender masivamente cuando la cotización se desplomó, supimos convencer a nuestros clientes que, por el contrario, era un momento perfecto para aumentar el patrimonio de metales preciosos”, explica Javier López, CEO de la compañía.

Cualquier usuario que actualmente quiera hacer compras físicas de metales preciosos se encontrará con precios desorbitados provocadas por unas primas altas para compensar la falta de existencias de las empresas, además de un período mínimo de espera de dos semanas debido al cierre de una gran parte de las minas del mundo y al descenso drástico de aviones comerciales, donde principalmente se transportaba el material. “Previmos una situación parecida a la de ahora y nos preparamos para el momento, tenemos suficientes reservas para cubrir este aumento de la demanda y mucho más”, explica López.

Crecimiento en la demanda de oro

El director expone dos razones diferentes al éxito y aumento de sus contratos de compraventa de oro: la primera es coyuntural, con la amenaza de crisis económica latente pero presente y un enorme parón en el sector industrial. La segunda les atañe más a ellos: “Tenemos una tupida red de consultores por toda España que han sabido detallar por qué los metales preciosos son un activo imprescindible para el ciudadano de a pie”, cuenta.

Precisamente en períodos de incertidumbre es cuando mejor brillan los metales preciosos, y lo complicado de todo es saber trasladar las bondades de estos y su capacidad de activo refugio. “Cuando el oro bajaba un 20% no nos aplacamos. Lejos de asustar a nuestros clientes, les explicamos que era una situación perfecta para acaparar más y beneficiarse de cara el futuro”, arguye López, que enfatiza en la importancia de tener confianza y saber trasladársela a los clientes, ya que muchos parten con el prejuicio de que el oro es un activo reservado solo para las clases altas.

“Tenemos la suficiente determinación y seguridad para decirle a nuestros clientes ‘compra ahora, es el mejor momento’. Y hemos tejido tan buena relación con ellos que suelen confiar en nosotros… Y hasta ahora, todos han salido contentos”, relata.

Y la clave será seguir manteniendo esta actitud de cara al futuro, ya que muchos analistas apuntan a que la desaceleración económica, el aumento del porcentaje de inflación en Estados Unidos y su sostenibilidad fiscal y unos tipos de interés más negativos aún proyectarán un mayor interés en el oro y un movimiento masivo de inversionistas en busca de su protección. “Las perspectivas de futuro de los metales preciosos son halagüeñas, tendremos que adaptarnos cuanto antes a ese escenario para satisfacer la demanda de nuestros clientes”, cuenta.

Los consultores de Silver&Gold Patrimony han sabido ilustrar la excelente liquidez del oro y cuando un cliente titubea, le ayudan a vender sus posesiones. “Ponemos a su servicio nuestros diferentes canales de comercialización y la gestión de compraventa de metales preciosos”, aclara Javier López.

El CEO de la compañía reconoce que el hecho de que los clientes puedan guardar el oro físico en su casa es una gran baza porque estos pueden atesorar tangiblemente sus inversiones en casa. “Algunos es cierto que se acogen a nuestro servicio de custodia, pero el hecho de poder tener en propiedad sus inversiones es algo que atrae a muchos”, expone.

López es consciente de que la situación actual está regentada por la incertidumbre, pero que con trabajo y capacidad de adaptación todo es posible. Sus dos grandes estrategias para seguir en la buena senda es “continuar la línea de trabajo” y “estrechar aún más los lazos con los clientes”.