José Luis Cava señala que los medios justifican la caída de Bitcoin y S&P 500 por el anuncio de que en diciembre “muy probablemente acordarán una subida de tipos de interés” en Japón. También por la contracción de la liquidez, al superar las notas a 2 años “el umbral del 1%”, lo que indicaría que Japón está “repatriando el dinero”. Cava rechaza esta explicación inmediata porque Bitcoin responde a la liquidez con “90 días de retraso”, por lo que “no se puede establecer una correlación inmediata”.

Explica que la liquidez “ya empezó a contraerse a mediados de julio”. El Tesoro de EEUU ha detraído “3 billones en 3 años” y desde el 16 de julio “600,000 millones”. El QT “ya se ha acabado hoy” y el Tesoro “ya tiene el dinero”. Por eso afirma: “lo peor, en mi opinión, ha pasado”. China ha sido el principal suministrador de liquidez y los bancos centrales de Japón, Europa e Inglaterra ya contrajeron antes.

Sobre el yen, muestra que “el suelo lo hizo el 20 de noviembre” y desde entonces “está rebotando… dentro de una tendencia bajista”. Además, Bitcoin empezó a subir el 21 de noviembre desde 80.500 hasta “93.100 en 7 días”, de modo que la apreciación del yen “tampoco” explica la caída. El S&P 500 también hizo suelo el 21 de noviembre en “6.510” y subió a “6.854”, “300 puntos, casi un 5%”.

Concluye que la caída se debe a “una realización de beneficios”. Bitcoin subió un 15%, perdió el soporte 90.000, hubo cancelación rápida de cortos, falta de liquidez y retrocedió”. La tendencia de corto plazo de Bitcoin “sigue siendo bajista”, aunque la de medio-largo plazo sigue “en vigor”. Tras descargas de “400.000 Bitcoin”, es normal que forme una W y necesite tiempo.

Sobre el oro y la plata, afirma que están “como locos” por problemas de suministro. Recuerda que en octubre China tuvo que enviar plata a Londres por falta de metal físico.

Respecto a Japón, explica su riesgo de deflación, pero cree que suben tipos porque el ciclo global “está en expansión” y Japón ha aprobado un “enorme plan de estímulo fiscal”. Alemania llegará a “3 billones de deuda pública” en 2026 y la indisciplina fiscal “continúa a toda velocidad”.