Después de un periodo de cuatro años de rentabilidades de dos dígitos (periodo 2009 – 2012), la renta fija emergente ha sido una de las clases de activo con peor comportamiento en 2013. Ya sea en divisa fuerte o en divisa local, el activo ha perdido en media un 10% (tomamos como referencia el índice EMBI que elabora JP Morgan). Las expectativas de reducción de estímulos monetarios de la Reserva Federal, el repunte de la curva de tipos de interés en Estados Unidos, la desaceleración y problemas estructurales en algunos países emergentes, el ajuste de las valoraciones tras cuatro años de ganancias, y la recuperación del apetito por activos de la periferia del Área euro, son solo algunos de los factores que ayudan a entender la pérdida de atractivo de la deuda emergente.

Ahora bien, tras la debilidad del año pasado ¿2014 puede ser un buen año para la deuda emergente? Teniendo en cuenta que la mayoría de los factores explicativos enumerados anteriormente seguirán presentes durante este año, solo un desajuste importante en términos de valoración puede justificar invertir en este tipo de activo. Por este motivo el análisis de este artículo se va a centrar en el componente de valoración.

El rating soberano suele utilizarse como medida del riesgo asociado a un país. Las agencias de calificación nunca han descifrado la metodología implícita en sus métodos de valoración. Cada una de ellas tiene sus procedimientos, metodologías y criterios propios. El proceso de calificación de los estados soberanos que realizan las agencias es complejo y recae fundamentalmente en la valoración, en función de diversos criterios, de multitud de variables cuantitativas y cualitativas.

Toda la información que resulta de esta labor de análisis se reduce a través de una serie de símbolos y se hace pública para ser utilizada por los agentes de los mercados financieros. Todas las agencias coinciden en afirmar que su calificación no es una recomendación para comprar, mantener o vender título, sino que es sólo una herramienta más que ayuda en la toma de decisiones de inversión.

 
Calificación crediticia otorgada por las distintas agencias de calificación (nomenclatura y significado)


                                Fuente: Agencias de rating

El trabajo, rigor y juicio que supone la valoración de la calidad crediticia soberana de un país, no puede ser sustituida por ningún modelo econométrico. No obstante, en este artículo proponemos un método de valoración, a través de variables macroeconómicas disponibles de forma habitual y sencilla, que permite estimar el rating. La herramienta permite estimar futuros movimientos en la calidad crediticia por parte de las agencias de calificación, comprobar si el mercado ya recoge este escenario mediante la valoración de las primas de riesgo, y tomar decisiones de inversión en función del atractivo de esas valoraciones.

Existen diversas aproximaciones teóricas para evaluar el riesgo país. En este artículo lo que valoramos es la capacidad de pago, relacionado directamente con los problemas de liquidez en el corto plazo y de solvencia en el largo plazo. Para estimar la capacidad de un país para hacer frente a sus compromisos de pago consideramos los indicadores macroeconómicos que enumeramos a continuación:

PIB per cápita.

Tasa de paro.

Deuda pública como porcentaje del PIB.

Volatilidad de la tasa de inflación.

Indicador “Rule of Law”. Es un indicador cualitativo que elabora el Banco Mundial que se enmarca dentro de una serie de índices que evalúan la calidad institucional de los países. El índice toma un valor que va desde -2,5 hasta 2,5. Cuanto más alto es su valor, mayor es el grado de respeto y de cumplimiento de las leyes en el país.

Proponemos una regresión lineal simple, cuya especificación econométrica sería la siguiente:

Yt = ?0 + ?1X1,t-1 + ?2X2,t-1 + ?3X3,t-1 + ?4X4,t-1 + ?5X5,t-1 + ?6X6,t-1

Donde:

Yt = Rating. Equivalencia numérica.

X1 = Variación anual del PIB per cápita.

X2 = PIB per cápita en unidades monetarias.

X3 = Tasa de paro.

X4 = Deuda pública como porcentaje del PIB.

X5 = Volatilidad de la inflación.

X6 = “Rule of Law”.

La variable dependiente o a explicar sería la equivalencia numérica que le corresponde al rating de la deuda soberana a largo plazo en moneda extranjera adjudicada por Standard & Poors para cada país. Por tanto, el Rating de la agencia es convertido a una escala numérica, tomando el valor 1 la máxima calificación crediticia posible (AAA) y así sucesivamente hasta 21, número equivalente a la peor calidad crediticia posible (C). Así, un alto valor de la variable dependiente indica un elevado nivel de riesgo asociado a un país (ver tabla siguiente).

Todas las variables explicativas utilizadas en el modelo son estadísticamente significativas al 1% y tienen el signo esperado. Es decir, el signo es positivo para la tasa de paro, inflación y deuda pública, mientras que el signo es negativo para el PIB per Cápita y el indicador “Rule of Law”. Esto quiere decir que cuanto más alto es el valor de las variables que tienen signo positivo su rating asociado será menor, y cuanto más alto sea el valor de las variables que tienen signo negativo su rating asociado será mayor.

En último lugar, conviene destacar que la estimación del modelo comenzó con un total de doce variables, habiéndose eliminado aquellas que no eran significativas. Las variables eliminadas fueron: la tasa de crecimiento del PIB, el saldo de la balanza por cuenta corriente sobre el PIB, el saldo fiscal sobre el PIB, la volatilidad de la tasa de crecimiento del PIB, la balanza comercial como porcentaje del PIB y el volumen de reservas internacionales como porcentaje del PIB.

 
Rating de Standard & Poors y equivalencia numérica utilizada en la estimación.


Ahora el siguiente paso sería comprobar los resultados y sacar conclusiones:
 
Rating actual por Standard & Poors, rating estimado y recomendación en el mercado de deuda
              Fuente: advisory GdC