Estrategias de inversión:
¿Usted sigue invirtiendo en alguna empresa del MAB ‘a pesar de Gowex’?


Antonio Romero, asesor independiente: “Sí, así es. Sigo invirtiendo porque creo que es un mercado muy útil para las empresas en expansión. Es más, me considero un inversor activista, ya que no solo meto mi dinero en las empresas, también las defiendo.

El caso Gowex –que todavía se está investigando– fue el primer fraude en este mercado todavía joven y su repercusión fue tan grande debido al volumen de negociación y al enorme tamaño de la compañía, que llegó a valer 2.000 millones de euros. Pero hay que diferenciar entre Gowex y el resto de empresas. Las compañías de otros mercados corrigen sus previsiones de negocio constantemente y no por eso el mercado continuo o el Ibex 35 sufren un vuelco de infarto, como está sucediendo en los últimos meses en el MAB. Ni tan siquiera el ocaso de Pescanova, una empresa enorme comparada con las del MAB, tuvo un efecto como el de Gowex sobre el continuo. Deberíamos reflexionar sobre ello”.

ANTONIO ROMERO MAB.

Antonio Romero-Haupold, consejero y asesor independiente. Inversor del MAB 

Ei:
¿Qué validez concede a las dudas que ha presentado la auditora PwC sobre los estados financieros de Carbures? ¿O quizás podría entenderse como algo normal de cara a salir al mercado continuo? ¿Podría ver truncada la compañía su objetivo?

A.R.: “Sigo muy de cerca el tema, no sólo como accionista de Carbures, sino también como inversor preocupado por la evolución y el negocio de la principal empresa del MAB. Esta es una revisión necesaria antes de saltar al continuo y confío en que todo saldrá bien y la empresa cotizará en el continuo sin problema, aunque de todo modos vamos a esperar a ver qué dice PwC.

Creo que este ejercicio de transparencia que hace Carbures es la mejor muestra de que es una compañía en la que se puede confiar. Y también debo decir que he leído muchas imprecisiones en la prensa y redes sociales, incluso de parte de expertos e inversores que ni tan siquiera conocían la facturación real de Carbures y hacían cálculos erróneos sobre el impacto de esta posible revisión.

Parece que hay gente interesada en sembrar de cadáveres el MAB para luego vivir de ellos y no se dan cuenta de que necesitamos el MAB para ser una economía más competitiva y abierta, sobre todo ahora que la banca sigue sin abrir el grifo”.

Ei: Respecto a Ebioss Energy lo que se critica fundamentalmente son dos cosas: la inexistencia de ganancias respecto a las proyectos que dice tener ya en marcha y el hecho de que Óscar Leiva haya podido ‘inflar’ en exceso las expectativas futuras sobre sus cuentas. ¿Diría que se debe desconfiar de ella?

A.R.: “No creo que se deba desconfiar de ella porque es una empresa con un modelo de negocio con futuro, pero que se encuentra en un proceso de expansión y necesita dedicar importantes recursos para crecer. Al contrario que otros inversores, no estoy en el MAB para especular a corto plazo, sino que tengo una visión más empresarial. Obviamente me preocupa que la acción de Ebioss caiga un 30% en una sola jornada, ¡claro que me preocupa! Pero me parece aún más inquietante que los mismos inversores que venden con histeria un día, compren con fervor al siguiente, revalorizando la acción de nuevo. ¿A qué jugamos, a la montaña rusa o a crear empresas que sólo duren lo mismo que un contrato temporal?”

Ei: Me llama la atención, en todo caso, -quizás peque de ingenua-…pero creo que se juzga demasiado por el mismo tamiz a las compañías del MAB respecto a las del mercado continuo. Es cierto que en ambos casos son cotizadas, pero las primeras responden a un perfil emprendedor y sabemos que los emprendedores basan todo su proyecto en expectativas. ¿Cree que es justo que se mire con la misma lupa a ambas?

A.R.: “Creo que la pregunta es muy acertada porque ambos mercados se comparan sólo en función de unos intereses concretos. El MAB es el mercado para empresas en expansión, es decir, que están en pleno crecimiento, una etapa en la que siempre hay más riesgos que cuando la empresa está consolidada, es decir, como si estuvieran afrontando su pubertad.

Se habla de que es un mercado con mucha volatilidad y poco maduro en comparación con el continuo o el Ibex 35. Incluso se dice que son empresas menos transparentes, cuando lo cierto es que tienen unos requisitos de transparencia e información distintos y, de hecho, rinden cuentas cuando tienen que hacerlo. Quizás el MAB está siendo atacado por aquellos a los que más les preocupa su existencia. ¿Será la banca que con el MAB pierde un interesante nicho de financiación?”

Ei: ¿La credibilidad del MAB ha sido dañada de muerte?

A.R.: “Podríamos decir que está tocada, pero no hundida. Creo que el caso Gowex hizo tanto daño precisamente por el desconocimiento que existe sobre este mercado, por lo que cualquier polémica es más destructiva que en un mercado maduro.

Y también hay que culpar a los responsables del MAB y la CNMV, que no sólo no supervisaron, sino que no sabían lo que estaban supervisando. Incluso algunas de las medidas que acaba de aprobar el Consejo de Ministros para mejorar la regulación del MAB son, al menos, surrealistas: ¿por qué una empresa debe saltar automáticamente al continuo cuando vale más de 500 millones de euros mientras que en los mercados similares de Reino Unido y Francia hay empresas que superan los 2.000 millones de euros? ¿Acaso fijar este umbral va a salvarnos de un nuevo Gowex? Hay que reforzar las tareas de supervisión y poner coto a las operaciones en cortos”.

Ei: Hablemos de Europa. Usted es experto en este mercado y entiendo que conocerá otros mercados como el francés o el británico. Cuentan con muchas más empresas, pero por lo demás… ¿qué diferencias existen entre el MAB y estos ‘mercados incubadora’ del resto de Europa?

A.R.: “Precisamente cuentan con más empresas porque allí la mentalidad es totalmente diferente. A diario intercambio opiniones con expertos, inversores y periodistas y la mayoría idealizan el AIM británico o el Alternext francés sin saber que sobre ellos también ha habido muchas dudas.

Sin ir más lejos, un comisario de la SEC estadounidense denunció en marzo de 2007 que el AIM británico era una especie de “casino”, donde el 30% de las cotizadas desaparecían al cabo de un año e incluso había muchas de ellas que ni tan siquiera tenían una web. De hecho, a día de hoy cotizan en este mercado algo más de 1.200 empresas de las más de 3.000 que han pasado por él. En el MAB, salvo tres o cuatro empresas, el resto sigue cotizando y manteniendo su actividad. Creo que, a la vista de estos datos, no estamos siendo justos con nosotros mismos. Incluso diría que somos autodestructivos. ¿Será la famosa “envidia española” ante el éxito ajeno?”

Ei: Sigamos con estos dos mercados similares al MAB. ¿Son normales los casos de fracasos estrepitosos entre sus empresas? ¿Y los fraudes?

A.R.: “Puede que mi respuesta le sorprenda, pero yo no me fío de los empresarios que no han fracasado nunca. Y, por supuesto, que yo no he tenido éxito en todas mis aventuras empresariales, me convertiría en Superman o en el Nobel de Economía.

En España tenemos un grave problema: estigmatizamos al que fracasa, mientras que en Estados Unidos o Reino Unido pocos bancos te dan financiación si no has fracasado primero. Puede que ellos, desde nuestro punto de vista, estén mal de la cabeza por pensar así, pero son la primera y la quinta potencia económica del mundo. Por algo será”.

Ei: Volviendo al MAB. ¿Qué compañía merece para usted su confianza? ¿Dónde invertiría? Si acaso lo hiciera…

A.R.: “Son bastantes las que merecen mi confianza, empezando por Carbures hasta Only-Apartments, la última en estrenarse en este mercado. Confío en FacePhi, que en breve nos dará buenas noticias, como ya lo ha hecho con la compra de Teralco; y considero que Grupo Eurona está infravalorada teniendo en cuenta sus contratos, su actividad internacional, sus activos y su nicho de mercado, en el que no tiene un competidor que le trate de tú a tú”.

Ei: ¿Han quedado truncadas las expectativas de algunas compañías que presentaron tras Gowex su intención de saltar al continuo?

A.R.: “No lo creo. De hecho, a la espera de conocer los detalles de la nueva Ley de Fomento de la Financiación Empresarial, el salto al continuo dependerá más de las exigencias que imponga el Gobierno y los reguladores que de otro tipo de factores.

Por ahora, la única compañía que por su tamaño puede dar el salto es Carbures, aunque deberá revalorizarse para superar los 500 millones de euros. Así que las demás deberán crecer, si es que dejamos que eso ocurra, claro”.