La mayoría de encuestas auguran la victoria de Joe Biden, aunque a medida que se acerca la cita con las urnas la igualdad empieza a hacerse palpable. El peor escenario para los mercados sería que el recuento reflejase una paridad tan grande que el candidato perdedor no reconociera la victoria del candidato ganador y se demorase el inicio de la nueva legislatura. Una circunstancia que en ningún caso es descartable y que aumentaría la volatilidad en las bolsas. 

 

 

“Si miramos los cuatro años de la legislatura que acaba ahora para Donald Trump, podemos hacer un balance muy positivo para el S&P 500. Desde el 1 de enero de 2016, el S&P 500 ha llegado a subir más del 85%, mientras que el tecnológico Nasdaq 100 se ha llegado a revalorizar más de un 191,96% desde entonces. En cuanto al Dow Jones, con Trump la máxima revalorización desde 2016 fue de un 79,97% y el Russell 200 de un 54%”, explica Sergio Ávila, analista de IG. 

A nivel económico, la situación llega muy marcada por la pandemia. Con un paro del 7,9% y una previsión según el Fondo Monetario Internacional (FMI) de que la economía se contraiga este año un 4,3% se presenta Donald Trump a las elecciones, con el firme compromiso de seguir bajando impuestos y continuar con su agenda. Durante su mandato, el desempleo llegó a mínimos de los últimos 50 años al situarse en el 3,5%, lo que se conoce como pleno empleo y el Producto Interior Bruto (PIB) tuvo su pico máximos con Trump en el segundo trimestre de 2018 (+4,2%).

A corto plazo, la victoria de Joe Biden podría no ser tan mala en los mercados cómo se podría llegar a pensar, según afirman desde IG, que creen que con su plan de incentivos beneficiaría a corto plazo a las bolsas, en especial a las compañías de infraestructuras y a las energías renovables. Sin embargo, a largo plazo, el aumento de la deuda y la subida de impuestos podrían ser contraproducentes para la economía estadounidense. Sus promesas electorales pasan por una subida de los impuestos de sociedades y a las rentas más altas, además de un aumento del salario mínimo.

El S&P 500, sin embargo, ha logrado subidas importantes bajo mandatos demócratas y republicanos. De hecho, de los últimos diez ciclos presidenciales en EEUU, el ciclo con mayores revalorizaciones fueron bajo el mandato del demócrata Bill Clinton, seguido de la legislatura de Trump y de la segunda legislatura de Barack Obama. 

El sector llamado a ser el más perjudicado si Biden alcanza la Casa Blanca es el petrolero, y en especial las compañías de fracking, muy tocadas ya por la situación de la pandemia y por el precio al que cotiza el barril West Texas en los 37 dólares. “Hay muchas compañías de fracking en bancarrota y están sobreviviendo gracias a los préstamos de los grandes bancos de EEUU. Las entidades financieras tienen 120.000 millones de dólares concedidos en línea de crédito a las empresas del sector”, apunta Diego Morín, analista de IG. 

La regulación de Biden también puede perjudicar a los bancos y a las tecnológicas, mientras que puede beneficiar a las energías renovables y a las empresas de infraestructuras. 

El Ibex 35 ante las elecciones

¿Y el Ibex 35 que puede esperar de la cita con las urnas del próximo martes? El selectivo español tiene en EEUU su segundo mercado tras España y el 20% de sus ingresos dependen del país norteamericano.

Las compañías del Ibex 35 que se verían beneficiadas por la victoria de los demócratas, según los analistas de IG, son: en energías renovables Iberdrola, Acciona y Siemens Gamesa, en consumo Inditex y Viscofan por la disminución de los aranceles a nivel internacional y en el sector farmacéutico podría verse beneficiada Grifols por una mayor demanda de sus productos debido a un mayor despliegue del seguro médico universal entre la población estadounidense.

 

 

Por su parte, Banco Santander y BBVA podrían verse beneficiados de la continuidad de Trump en Washington, ya que en principio es contrario a aplicar mayor regulación en el sector bancario y también señalan que podría favorecer a Acerinox. Trump podría seguir con su agenda arancelaria, lo que beneficiaría a los productores de acero locales como es el caso de Acerinox, con el 47% de las ventas en EEUU con cuatro plantas repartidas entre Georgia, Illinois, Pensilvania y Kentucky.

Las compañías de obra pública como ACS o Ferrovial también podrían incrementar su facturación en EEUU gane uno u otro candidato ya que una de las recetas compartidas para salir de la crisis es el desarrollo y reforma de las infraestructuras, un sector altamente demandante de mano de obra y que en tiempos de crisis siempre es un recurso al alcance de los gobiernos para reactivar las economías.

"De todas formas a corto plazo me seguiría quedando con empresas defensivas de la bolsa española como Iberdrola y otras 'utilities', porque el problema de la bolsa española es que no está entrando dinero", sentencia Ávila.

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