"La transición demográfica, considerada muchas veces como un problema a largo plazo, ya es una realidad y disminuirá significativamente el crecimiento económico", indica la vicepresidenta de la calificadora, Elena Duggar. Además, añade que "se estima que el envejecimiento reducirá el crecimiento económico anual total en un 0,4% entre 2014 y 2019, y en una escala mucho mayor del 0,9% entre 2020 y 2025".
"Las reformas de políticas a mediano plazo que mejoren las tasas de participación laboral, racionalicen la migración y mejoren los flujos financieros podrían mitigar parcialmente el impacto del envejecimiento sobre el crecimiento económico. Asimismo, a largo plazo, la innovación y el progreso tecnológico que mejoran la productividad tienen el potencial de disminuir los efectos de desaceleración pronosticados debido a los rápidos cambios demográficos", ha comentado Madhavi Bokil, el otro autor del comentario.
Según las estimaciones incluidas en su informe, en 2015 más del 60% de los países evaluados estarán envejeciendo, y tendrán más del 7% de su población con 65 años o más. Para el año 2020, las sociedades muy envejecidas, poblaciones con más del 20% de habitantes de edad avanzada, aumentarán a 13 en el mundo, en comparación con las tres que existen actualmente: Italia, Alemania y Japón.
La entidad prevé que el crecimiento de la población en edad laboral en el mundo entre 2015 y 2030 será solo la mitad del crecimiento que tuvo lugar durante los 15 años anteriores (es decir, 13,6% en contraposición al 24,6%). Todos los países, con excepción de unos pocos en África, tendrán que enfrentar una población en edad laboral de crecimiento más lento o en declive.
El envejecimiento mundial reducirá el crecimiento económico debido a una menor provisión laboral y menores tasas de ahorro, lo que a su vez reducirá la inversión. Se estima que el crecimiento de un 1% en el indicador de envejecimiento conocido como "tasa de dependencia" (es decir, la relación entre la población de más de 65 años y la población de entre 15 y 64 años) llevará a una disminución de entre 0,5% y 1,2% en los índices de ahorro promedio, lo cual afectará de manera adversa a la inversión.