Los analistas de Wall Street se mantienen en vigilia debido a la búsqueda de claridad ante las idas y vueltas de los miembros de la Reserva Federal (FED). Sin olvidar los datos económicos semanales en Estados Unidos nada halagüeños que sugieren una estanflación, según Hamza Shaban en Yahoo Finance.

Los precios al productor se dispararon en julio, superando con creces las previsiones y ofreciendo una incómoda sorpresa: La creciente presión sobre los precios se dirige a los consumidores. Al mismo tiempo, el número de estadounidenses que presentaron nuevas solicitudes de prestaciones por desempleo disminuyó la semana pasada, lo que indica un bajo nivel de despidos.

Sin embargo, la lectura también sugiere que quienes buscan empleo lo están pasando mal. Los despidos no están aumentando, pero tampoco las contrataciones, algo que el último informe de empleo y sus revisiones dejaron bastante claro.

Los datos no provocaron dudas sobre un próximo recorte de tipos en septiembre. Sin embargo, el mercado se mantuvo firme. Las probabilidades de que la FED se mantenga firme el próximo mes aumentaron del 0% el miércoles al 9% el jueves tras la publicación de los datos, según el CME Group. Y las probabilidades de un recorte drástico de 50 puntos básicos en septiembre se han evaporado.

Las cosas cambian rápidamente, pero la principal conclusión no ha cambiado: Los mercados aún estiman una probabilidad superior al 90% de que el banco central reduzca los tipos cuando los funcionarios se reúnan de nuevo.

Pero si bien esas probabilidades se mantuvieron firmes, también lo hizo la convicción de los opositores del mercado, que predicen que la FED no bajará los tipos. Los observadores que no han creído en la inevitabilidad de un recorte en septiembre afirman que las cifras del jueves reforzaron su postura.

"No hay nada en los datos de solicitudes de desempleo de la última semana que altere la visión de la Reserva Federal sobre el mercado laboral ni nuestra previsión de que la FED pospondrá el recorte de tipos hasta diciembre", declaró Nancy Vanden Houten, economista principal de Oxford Economics, en un correo electrónico el jueves.

La desconcertante mezcla de comentarios económicos, datos y expectativas hará que el discurso del presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, la próxima semana en el Simposio Económico de Jackson Hole sea aún más relevante.

“El mercado bursátil se encuentra en máximos históricos debido a las expectativas de recortes, y los inversores están ávidos de mayor validación", como expresó Clark Geranen, estratega jefe de mercado de CalBay Investments, en una nota a sus clientes el jueves.

Existe una corriente de pensamiento que sostiene que la inflación preocupa más al público porque nos debilita a todos en cierta medida, mientras que la pérdida de empleos puede devastar una vida o un hogar, pero la sufren con mayor intensidad quienes tienen la mala suerte de ser despedidos por Recursos Humanos.

Sin duda, existen dinámicas políticas y sociales que pueden hacer que esta teoría sea más o menos convincente. Pero los funcionarios de la Reserva Federal afirman que priorizan sus mandatos duales de precios estables y máximo empleo utilizando criterios más imparciales: ¿Qué objetivo está más desfasado?

Pero allí reside el mayor problema de la estanflación: Es fácil que los responsables de las políticas se equivoquen cuando hay más de una manera de caer en el error.