Si en los mercados financieros han reinado las compras y las rentabilidades elevadas y de doble dígito, lo cierto es que 2026 no parece, al menos sobre el papel presentarse tan claro.
Las incertidumbres, a pesar de las subidas espectaculares que hemos visto, incluso en indicadores como el Ibex 35, se mantienen y, en algunos casos incluso se incrementan.
De ahí que lo primero de todo es cautela y tranquilidad. Será normal que los mercados financieros se tomen algunos respiros, por lo que habrá que estar atentos a las oportunidades que eso conlleva y no a pensar que, como hay caídas, estamos perdiendo rentabilidad.
Bajo esa premisa, desde Morningstar, su editor Fernando Luque nos dibuja un panorama claramente marcado por dos partes muy diferenciadas en el próximo ejercicio a punto de comenzar.
Se trata de un arranque aún favorable para la renta variable, apoyado por la liquidez y las expectativas de recortes de tipos en EEUU, y una segunda parte marcada por mayores riesgos macro, con el mercado laboral estadounidense como posible detonante de inestabilidad. Frente a este escenario, defiende mantener exposición tecnológica, cautela con el Ibex por su dependencia bancaria y preferencia por la renta fija de corto plazo.
De hecho, hemos hablado con algunos responsables de inversión, desde Deutsche Bank a A&G Banca Privada, pasando por Tressis, banca privada de Renta 4, Santander Private Banking España o CaixaBank Wealth Management, y lo que nos cuentan es que El 2025 ha sido un ejercicio “atípico, rentable y lleno de contrastes”, marcado por crecimiento bursátil, divergencias económicas y un escenario de cambios estructurales a nivel global.
En una mesa redonda organizada por Estrategias de Inversión, que reúne a los directores de Inversión en España de varias Bancas Privadas, los expertos coinciden en que el año ha sido sólido en rentabilidad, pero bajo una superficie frágil y llena de divergencias estructurales; y en que en el 2026 las esperanzas se apoyan en un aterrizaje suave del ciclo, estabilidad monetaria, reformas económicas europeas y uso responsable de tecnologías de inteligencia artificial.
Así, por tanto están las cosas. Pero además de escuchar a los expertos, claramente podemos aprender de ellos, como una de las formas para dirigir y, sobre todo, proteger nuestras inversiones presentes y futuras.
Para ello formarse es esencial. Estrategias de Inversión pone a tu alcance un curso para que aprenda a invertir en acciones, fondos ETF y derivados. Para todos los perfiles de riesgo y para inversores que quieran focalizarse tanto a medio como a largo plazo. El curso más completo de Estrategias de Inversión. Se trata del Curso práctico de Bolsa y Trading de Estrategias de Inversión.
Otra de las posibilidades pasa por configurar sus propias carteras, pero con ayuda adicional. En Ei contamos tanto con cartera tendencial de acciones, con buenos rendimientos desde la inclusión en ellas de esos valores, que van rotando en función de la conveniencia de su momento de mercado, e incluso en la configuración de una cartera de fondos de inversión, ad hoc a sus necesidades, en función de su perfil de riesgo, fundamental a la hora de configurarlo.
Hacerte premium, y poder acceder al completo de toda la información que ofrece Estrategias de Inversión en sus dos modalidades es una de las formas para saber todo de los mercados financieros y de la inversión en fondos.
Si por ejemplo, miramos a futuro y a Wall Street, ponemos sobre la mesa dos acciones para invertir en la próxima década. Una potencialmente elevada ya, como es Amazon, la compañía fundada por Jeff Bezos siempre en constante innovación y evolución y líder global en la nube.
La segunda es el mayorista Costco con sus previsiones y su modelos de negocio, el de membresía o premium para sus usuarios, que se ha convertido ya en su principal fuente de ganancias para la compañía americana.
Más allá de ello la supermegatendencia, a decir de todos los expertos del mercado en 2026, seguirá siendo, sin duda, la IA, la Inteligencia Artificial generativa, todavía, a pesar de lo que ya conocemos de ella, en pañales por la multitud de posibilidades por desarrollar que ofrece.
Desde DPAM señalan que la Inteligencia Artificial atraviesa fases naturales de volatilidad y consolidación, propias de un ciclo estructural de largo plazo. Lejos de interpretarse como una burbuja, el actual contexto ofrece oportunidades selectivas en todo el ecosistema de la IA, desde semiconductores y cloud computing hasta ciberseguridad y energía, apoyadas en valoraciones razonables y crecimiento sostenido de beneficios.
Mientras, desde Vanguard, nos indican que la inteligencia artificial (IA) ha evolucionado rápidamente de un avance tecnológico a una fuerza económica transformadora, redefiniendo las expectativas de productividad, crecimiento y competitividad en todos los sectores.
Y señalan, además, que al igual que la electricidad, los ferrocarriles o Internet en su momento, la IA está impulsando un cambio estructural que exige importantes inversiones de capital para adaptar la economía a una nueva era. Esto no es una moda pasajera, sino la base de la próxima ola de progreso económico. Y por tanto, la IA convierte en el crecimiento potencial, en su principal base de operaciones.
Pero por esas ingentes inversiones de capital, y por la necesidad ingente de monetizarlo mediante el retorno en las previsiones que presentan las empresas, la gran pregunta pasa por saber si estamos en medio de una burbuja como muchos indican, o, por el contrario, en nada se parece con explosiones como la acontecida con las punto com.
Y si se trata de ETFs, hemos de saber, que las preocupaciones sobre la evolución futura de los tipos de interés y la valoración de las acciones tecnológicas impulsan estrategias de diversificación. Las acciones globales, de mercados emergentes y europeas lideraron el comportamiento, siendo estas últimas las que encabezaron el flujo neto de capitales en 2025.
En renta fija, se prefirió la deuda corporativa de alta calidad junto con los bonos gubernamentales, según el análisis mensual que elabora Amundi.