Hace solo unos días la rentabilidad del treasury a 10 años se situaba por debajo de la cota del 1,9% y en estos momentos los bonos alemanes a 2 años han alcanzado nuevos mínimos históricos, en el -0,506%.
 

En Europa y Japón, además, los Bancos Centrales siguen estrechando la liquidez del mercado de bonos con sus programas de expansión cuantitativa (QE). Esta fuerte demanda provocada por las autoridades monetarias de estas dos áreas geográficas, además, incide en este círculo vicioso.
 
Según un reciente análisis de Deutsche Bank que  recogen hoy en Business Insider, “las políticas de expansión cuantitativa junto a los requisitos de capital que se les exige a la banca ha creado una burbuja en el mercado de bonos que alcanza ya los 700.000 millones de dólares (630.000 millones de euros).  En su opinión, este fuerte crecimiento se ha producido a expensas de las bolsas, dicen en la firma. Esta cantidad es prácticamente idéntica a la capitalización de todo el mercado español.


 
Según el analista de la firma de análisis, “ más allá de cualquier señal negativa sobre el crecimiento que pueda emitir el aumento de los programas de expansión cuantitativa, históricamente la caída de la rentabilidad de los bonos que se produce con la llegada de más capital a ese mercado, se hace a costa de la renta variable”. El experto añade que “la correlación entre la bolsa y la rentabilidad de los bonos sigue siendo muy positiva. Fue muy notable que el mayor periodo de entrada de dinero en la bolsa se produjo justo después del anuncio del tapering en 2013, cuando los retornos de la renta fija aumentó con fuerza”, explica.



 
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