Iberdrola, la compañía energética líder en Europa, se encuentra lista para celebrar su Capital Markets Day este próximo miércoles. En este evento, el presidente de la empresa, Ignacio Sánchez Galán, presentará la estrategia que guiará el crecimiento del grupo en los próximos años, centrándose en el negocio de las redes eléctricas como motor principal de su expansión.
La estrategia de Iberdrola se enfoca en acelerar su presencia en el negocio de las redes eléctricas, aprovechando el esperado aumento de inversiones en países con sólida calificación crediticia y políticas regulatorias favorables. Esta apuesta por las redes eléctricas se refleja en la actualización del Plan estratégico 2024-2026 y en las proyecciones a futuro que se presentarán en el evento.
La compañía ha tomado medidas significativas para fortalecer su posición en el sector de las redes eléctricas. Entre estas acciones se incluye la venta de activos en México y en el Reino Unido, así como alianzas estratégicas con empresas como Masdar y GIC. Con la venta de su negocio de contadores inteligentes en el Reino Unido, Iberdrola ha superado los 14.000 millones de euros en rotación de activos y alianzas desde el inicio de su plan de rotación en 2024.
Iberdrola tiene previsto realizar inversiones orgánicas por un total de 55.000 millones de euros en redes eléctricas de transporte y distribución en sus filiales en Estados Unidos, Reino Unido, Brasil y España entre 2026 y 2031. Esto representa un aumento del 75% en comparación con el periodo anterior, con retornos estimados atractivos en torno al 9,5% en términos netos.
Triplique de activos en redes en una década
La compañía tiene como objetivo triplicar su base de activos en redes eléctricas, superando los 90.000 millones de euros en 2031, en contraste con los 30.000 millones de 2020. Esta ambiciosa meta se fundamenta en la adquisición de empresas como Electricity North-West en el Reino Unido y el aumento de participación en Neoenergia en Brasil.
Impacto financiero y perspectivas de crecimiento
La ampliación de capital de 5.000 millones de euros permitirá a Iberdrola mantener sus ratios crediticias y su política de remuneración al accionista, al tiempo que impulsará su crecimiento y rentabilidad. Se espera que esta operación tenga un efecto positivo en el beneficio por acción y fortalezca las perspectivas de crecimiento de la empresa hasta finales de la década.