Tras los escándalos de Dieselgate en VW hasta los incendios forestales en Australia, y las preocupaciones sobre las condiciones en los lugares de trabajo que van desde minas de cobalto hasta factorías de iPhone y productores de textiles, los temas de ESG cobran cada día mayor importancia tanto por el lado económico como por el impacto material que pueden tener en los beneficios corporativos y, por tanto, en las rentabilidades de los inversores.
De acuerdo a un estudio de NN Investments, más de la mitad de los inversores profesionales aún piensan que incorporar ESG a su estrategia de inversión reducirá los retornos potenciales, y más del 70% en Italia y Países Bajos o bien el 80% de los inversores alemanes.
Sin embargo, se ha demostrado en varios casos que este pensamiento es erróneo: los beneficios y valoraciones empresariales se han visto afectados por invidentes individuales como el desastre de Horizon BP en 2009, que costó a la empresa 70.000 millones de dólares en la década posterior al desastre, con una reducción en su capitalización de mercado del 55%.
Harvard Business Review dice que tras varios estudios ha quedado demostrado que existe una relación positiva entre ESG y rentabilidades. En 2017, Nordea Equity Research comunicó que de 2012 a 2015, aquellas empresas con las calificaciones mas altas de ESG superaron en un 40% a aquellas con calificaciones más bajas.
En 2018, Bank of America Merrill Lynch descubrió que las empresas con mejor nota ESG que sus competidores, generaban en 3 años rentabilidades más altas, y tenían mayor probabilidad de convertirse en acciones de alta calidad, con menos probabilidad de experimentar grandes caídas bursátiles y de quiebra. Son compañías que tienden a disfrutar de un menor coste de capital.
Según MSCI, entre mayo de 2007 y 2017, aquellas compañías del MSCI World Index con calificaciones más altas del MSCI ESG experimentaron tres veces menos incidentes de caídas exageradamente pronunciadas en el precio de las acciones que aquellas con rating menor.
Las gestoras están integrando factores ESG en sus fundos y carteras: hay mucha presión por incorporar factores ESG por parte de los CEOs de las gestoras. Según CFA Society, el 45% de los encuestados respondieron que ESG esta completamente o significativamente integrados en sus fondos, mientras que otro 39% dijo estar planeado integrarlos formalmente en sus procesos de inversión. En esta misma encuesta, el 42% respondieron que su prioridad para los próximos 12 meses es educar a comité de supervisión sobre la importancia de ESG y sostenibilidad.
Entre los retos que estos CEOs vislumbran es falta de datos ESG de calidad y su viabilidad, así como confusión regulatoria y política que llevan a confusión en la terminología.
Pero la presión se acentúa, tanto por parte de los ciudadanos como de las entidades gubernamentales: según cita Therese Niklasson, directora global de ESG en Investec “el enfoque en tems como el cambio climático, la propiedad activa, la transparencia, el reporting y la regulación relacionada con la sostenibilidad se está intensificando”. Ello hace necesaria que las asignaciones de activos de los gestores integren adecuadamente consideraciones ESG y “ que haya un compromiso con empresas y entidades de manera coordinada y efectiva”.
El Acuerdo de Paris sobre el cambio climático, firmado por 197 países, con el compromiso de mantener el aumento de la temperatura promedio bien por debajo de los 2º C, ha llevado a los gobiernos a introducir reglas más estrictas como el compromiso del Reino Unido a tener cero emisiones netas para 2050. Lo anterior se traduce en un aumento a llamar a los inversores para que se tengan en cuenta estos problemas y la necesidad de herramientas que permitan la consecución de esos principios.
Así, el ministro de pensiones del Reino Unido convocó el año pasado a los 50 mayores planes de pensiones del país para proporcionar evidencia de lo que están haciendo para abordar el cambio climático y otros problemas de ESG, y el comentario del ministro fue “los fondos de pensiones son un arma poderosa en la lucha contra el cambio climático”.
Recientemente el CEO del gigante de la inversión a nivel mundial, Larry Fink, en su carta anual a sus clientes anunció que BlackRock se había unido al Climate Action 100+, al considerar que la sostenibilidad será su nuevo estándar de inversión. “Colocaremos la sostenibilidad en el centro de nuestro enfoque de inversión, parte integral para la construcción de carteras y gestión de riesgos”, apuntaba. En la misiva apuntaba que lanzarían nuevos productos de inversión transparentes y con un fuerte compromiso con la sostenibilidad. Con este anuncio, la gestora ejerció presión sobre otros grandes inversores pasivos como Vanguard y SSGA para que se sumen con medidas similares, y fue aplaudida por los inversores.
Tras ese anuncio, SSGA anunció que cotara en contra de las empresas que no integran ESG en sus estrategias.
Durante esta semana, Allianz Global Investors informó que durante 2019 votó en casi 100 mil juntas de accionistas de las empresas en las que invierte, votando en contra del 48% de todas las propuestas relacionadas con la remuneración de los directivos, mientras que en España lo hizo en contra en un 39% de los casos; con un fuerte apoyo a nivel global a las resoluciones de los accionistas sobre temas relacionados con el medio ambiente y el clima, donde Reino Unido sigue liderando los estándares de gobierno corporativo por tercer año consecutivo. Allianz Global Investors cuenta con un área especializada en ESG formada por un gran número de profesionales de la inversión, y encabezada por Eugenia Unanyants-Jackson que comentó: “La política activa de voto es una parte clave de la responsabilidad fiduciaria que tenemos con nuestros clientes y una parte central del proceso de tutela corporativa (stewardship) de Allianz Global Investors”.