Aunque el regreso de Donald Trump al poder encendió las tensiones en el mercado estadounidense, la bolsa norteamericana ha desafiado las expectativas con un sorprendente resurgimiento en los últimos dos meses. En concreto, tras un arranque de 2025 marcado por la cautela y las caídas en sectores clave, el S&P 500 parece haber encontrado ahora estabilidad y muestra movimientos firmes, acumulando una subida del 8% en este 2025.
Este renovado vigor también se refleja en la notable ola de salidas a bolsa en EEUU, especialmente en julio, cuando se registró el mayor número de OPVs desde 2021. En total, 26 empresas debutaron en el mercado y captaron más de 4.200 millones de dólares, señal clara de una confianza que vuelve a crecer y de un contexto macroeconómico que invita a la inversión. En este ambiente, emergen valores que no solo simbolizan las tendencias del año, sino que marcan el rumbo del mercado.
Palantir Technologies, Centene Corporation y Figma representan los tres vértices de un triángulo que definen el panorama actual de Wall Street: el crecimiento imparable, las dificultades estructurales y la revitalización de las OPVs.
Palantir lidera la carrera en bolsa, pero su futuro genera dudas
Palantir Technologies es, por el momento, la acción más alcista del S&P 500 en lo que va del año, con un incremento superior al 141%. Su desempeño ha estado respaldado por su enfoque en inteligencia artificial (IA) y análisis predictivo, dos áreas en auge que han impulsado su crecimiento y consolidado contratos tanto gubernamentales como corporativos.
A nivel financiero, el segundo trimestre de 2025 fue particularmente destacado para Palantir, al superar por primera vez los 1.000 millones de dólares en ingresos trimestrales, con un crecimiento interanual del 48% y un beneficio neto de 327 millones de dólares. Este rendimiento, apoyado en la integración de tecnologías de IA, refleja una empresa en plena expansión y con un modelo de negocio escalable.
No obstante, pese a estos resultados excepcionales, el consenso de analistas de Reuters muestra una visión conservadora respecto al futuro de la acción. El precio objetivo establecido en 152,19 dólares implica un potencial negativo del 16,5% desde niveles actuales, lo que sugiere que el mercado podría estar ya descontando gran parte del crecimiento posible para Palantir. En otras palabras, aunque la empresa mantiene una posición sólida, las expectativas de apreciación futura en el S&P 500 se ven limitadas, recomendándose a los inversores mantener la posición más que incrementar su exposición.
Centene sufre, pero su estrategia apunta a un repunte a medio plazo
Centene Corporation, por su parte, es el valor con el peor desempeño en el S&P 500 en 2025, con una caída superior al 58%. La aseguradora de servicios de salud ha sufrido presiones regulatorias y financieras que han impactado sus márgenes y resultados, generando incertidumbre entre los inversores.
No obstante, en sus últimos resultados, a pesar de una pérdida ajustada por acción de 0,16 dólares en el segundo trimestre de este ejercicio y un BPA por debajo de lo esperado, Centene superó las previsiones de ingresos con 48.740 millones de dólares, lo que ha dividido (en parte) al mercado entre la preocupación por los desafíos actuales y el reconocimiento de la capacidad de la empresa para mantener su liderazgo en Medicaid y el Marketplace.
Desde la perspectiva bursátil, el consenso de analistas sugiere un potencial de recuperación significativo del 43,6% en bolsa en los próximos doce meses, al fijar el precio objetivo de sus acciones en 36,28 dólares. Esto indica que, aunque Centene ha sufrido un duro golpe, el mercado anticipa una posible mejora en su rentabilidad y desempeño conforme se implementen estrategias de optimización de costes y ajustes en su red de servicios. De hecho, la dirección de la empresa ha manifestado un claro compromiso para volver a la rentabilidad en 2026, afrontando los retos regulatorios y de mercado con una estrategia enfocada en la eficiencia y la innovación operativa.
Figma impulsa la nueva ola de innovación bursátil
Por último, el caso de Figma representa el renacer de la emoción por las OPVs tecnológicas. Su debut en bolsa el pasado 31 de julio fue espectacular, con un aumento del 250% en el precio de sus acciones durante la jornada, cerrando en 115,50 dólares tras partir de 33 dólares, y alcanzando una capitalización bursátil cercana a los 59.000 millones de dólares. Este evento marcó un punto de inflexión tras años de escasa actividad en estrenos bursátiles tecnológicos.
La celebración que rodeó el debut de Figma fue una muestra clara del cambio cultural y financiero que representa esta nueva generación de empresas basadas en innovación disruptiva y modelos colaborativos en la nube. Sin embargo, la euforia inicial dio paso a una corrección posterior, con una caída del 23% en los días siguientes, motivada principalmente por la toma de beneficios entre los primeros inversores. En estos momentos, el valor cotiza a 79 dólares, lo que supone una subida en el acumulado del 139%.
En términos financieros, Figma mantiene un crecimiento sostenido con ingresos trimestrales de 228,20 millones de dólares y un beneficio neto de 8,61 millones, indicadores que, aunque modestos frente a su valoración, reflejan un negocio en expansión y con capacidad de escalar rápidamente.
El potencial bursátil de Figma es objeto de debate, pero muchos analistas consideran que, tras la corrección reciente, la empresa mantiene un alto atractivo para inversores que buscan exposición a un valor con un modelo de negocio innovador, una base sólida de clientes corporativos y un equipo directivo con un control significativo de la compañía. Además, tras la fallida adquisición por Adobe en 2022, la percepción de que Figma está destinada a ser un jugador clave en su sector, con un mercado que aún no ha agotado su capacidad para valorar su potencial disruptivo, se refuerza.