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Al mismo tiempo, Estados Unidos y China libran una batalla entre bambalinas en el Mar de China a cuenta Taiwán. Un foco de tensión entre las dos potencias mundiales que en los últimos meses se ha recrudecido a cuenta de la guerra de Ucrania. En la actualidad, el país que más dinero destina a Defensa en el mundo es Estados Unidos con 782.000 millones de euros al año, seguido de China, Rusia, Reino Unido, Alemania, India, Japón, Corea del Sur, Arabia Saudí y Australia.

“China está incrementando su gasto bélico y a mi me consta que de aquí a 10-15 años va a ser una potencia militar de primer nivel y eso va a hacer que EEUU modernice su sistema militar. Asimismo, si en las próximas elecciones presidenciales de EEUU los republicanos ganan se incrementará aún más el gasto militar porque todos sabemos que cuando los demócratas están en la Casa Blanca este presupuesto está más en un segundo plano, mientras que los republicanos apuestan mucho por estos temas”, comenta Rafael Ojeda, analista macro global de Fortage Funds.

En su informe anual, la OTAN calcula que la inversión total en Defensa en 2022 fue de 1,052 billones de dólares, de los que 329.626 millones provinieron de los aliados europeos y Canadá. Estos Estados invirtieron el 1,65% de su PIB en gasto militar en 2022, que supone un ligero retroceso frente al 1,67% de gasto del año anterior, pero al tiempo incrementaron su presupuesto bélico por octavo año consecutivo, que creció un 2,2% en términos reales entre 2021 y 2022. En concreto, solo siete países de la OTAN, Grecia, Estados Unidos, Lituania, Polonia, Reino Unido, Estonia y Letonia, cumplieron con el acuerdo de elevar el gasto militar hasta el 2% del PIB en 2022.

En la próxima cumbre de la OTAN que se celebra el 11 y 12 de julio en Vilna (Lituania), EEUU exigirá a sus socios europeos un mayor esfuerzo en sus Ejércitos tras el incumplimiento de 2022 y la escasez de armas que está sufriendo Ucrania en el campo de batalla. Finlandia se convirtió oficialmente en miembro de la Alianza Atlántica el pasado 4 de abril y esta adhesión implica también la modernización de su ejército en equipamiento, la inversión en infraestructuras y el reclutamiento de más soldados.

“El sector Defensa en Europa se ha convertido en uno de los mayores del mundo. Actualmente Rusia, Francia, Alemania, el Reino Unido e Italia se encuentran entre los países de mayor gasto en defensa del mundo y ese nivel de gasto no se espera que se detenga en los niveles alcanzados hasta ahora ya que, según diversos cálculos, podría registrar una tasa de crecimiento anual compuesta (CAGR) de más del 3% durante el período 2020-2025”, explica Antonio Castelo, analista de iBroker.

Una potencial recesión económica podría enfriar o contener el gasto militar de los países europeos, pero los analistas descartan que un acuerdo de paz entre Rusia y Ucrania frene la inversión en armamento porque la desconfianza y la hostilidad puede continuar pese al alto al fuego. “La Reserva Federal y el Banco Central Europeo (BCE) han demostrado que no van a dejar caer las economías, pero una recesión sería un riesgo para este tipo de compañías. Si llega la paz el gasto militar no se cortará de raíz”, arguye Ojeda.

La guerra como catalizador

“El sector Defensa en Europa se encuentra en máximos históricos, logra superar los máximos anteriores que se dieron justo antes de las caídas del Covid-19 y lleva una subida del 20% en lo que va de año. Por desgracia, con la coyuntura actual sigue siendo un sector muy interesante y es posible que lo siga siendo durante bastante tiempo”, indica Javier Lorenzo, gestor del fondo GPM Asignación Táctica.

“Muchas veces cuando algo ha subido mucho, los pequeños inversores consideran que está caro o que ya no puede subir mucho más. La realidad es que cuando algo tiene buen momentum demuestra fortaleza y por lo tanto puede seguir subiendo mientras se mantenga la confianza de los inversores. Valores como Thales, Leonardo o BAE Systems están rompiendo máximos y por el momento son buenas opciones para tener en cartera”, añade.

Entre las 20 mayores cotizadas del sector, sólo ocho compañías cuentan con un potencial alcista en bolsa en este momento del 10%. La acción a la que el consenso de los analistas de Reuters le da un mayor recorrido en bolsa a doce meses vista es la estadounidense Leidos con un 23% que tiene intereses en varios negocios como la Defensa, la aviación, la tecnología y la investigación biomédica, seguida de la también estadounidense L3Harris Technologies con un 22%, General Dynamics con un 17,10% y Huntington Ingalls Industries con un 15,60%.

Por valoración, el sector no cotiza especialmente barato salvo la italiana Leonardo que cotiza a 7,18 veces beneficios (ratio PER), Indra a 14,32 veces beneficios y la estadounidense Huntington Ingalls Industries a 14,68 veces. Los valores de armamento no destacan especialmente por el reparto de dividendos y tan sólo ocho compañías cuentan con una rentabilidad por dividendo superior al 2%. La británica BAE Systems es la cotizada más generosa con la retribución al accionista con un retorno vía dividendos del 2,63%, acompañada de Lockheed Martin con un 2,31%.

“Casi todo el sector cotiza en zona de máximos. También es verdad que para muchas de estas empresas el sector Defensa es importante, pero no todos sus negocios se nutren de él. Por ejemplo, Rheinmetall obtiene aproximadamente tres quintas partes de sus ingresos a partir de la actividad de defensa -armas, municiones y vehículos como el carro de combate tan de actualidad, Leonard-. Pero el resto de su negocio se centra en el sector automóvil, especialmente en lo relacionado con motorizaciones diésel… Algo que no entusiasma precisamente al mercado”, subraya Antonio Castelo.

“Esto hace que el precio objetivo del consenso no esté especialmente alejado del precio actual. Ésta es una constante que vemos en la práctica totalidad de las compañías del sector. Que cotizan con unos descuentos relativamente contenidos respecto a los precios teóricos marcados por los analistas que si bien han mejorado, tampoco es que los hayamos visto subir como pareciera que debiera haber ocurrido”, añade Castelo.

La ciberseguridad, una tendencia al alza

Ucrania y Rusia no sólo combaten en las calles y en las trincheras como se hacía en la I Guerra Mundial. La guerra del siglo XXI se libra en todos los frentes, en los medios con la propaganda y en Internet, por ello cada vez son más importantes las compañías de ciberseguridad. Una megatendencia que va más allá del ciclo económico y del conflicto en el este de Europa porque las grandes empresas buscan protegerse de hackers y organizaciones criminales que atacan lo más preciado en nuestros días: los datos de los consumidores, el ‘big data’ y la información corporativa más sensible.

La ciberseguridad se ha convertido en un requisito de alto perfil, que es crítico para gobiernos, organismos oficiales, grandes corporaciones y pequeñas y medianas empresas. Algunas estimaciones apuntan que los costes para protegerse de la ciberdelincuencia global van a crecer un 15% anual durante los próximos años, pasando de los 3 billones de dólares en 2015 hasta los 10,5 billones proyectados para 2025, según un informe de la consultora McKinsey.

“A nivel mundial son las compañías norteamericanas las que llevan la pauta: Palo Alto Networks, Fortinet, Cisco… Son las más conocidas. La primera, Palo Alto, es quizás la que cuenta con mejores recomendaciones por parte de los analistas. Está creciendo rápidamente en este espacio gracias a sus innovadoras plataformas de seguridad de última generación, que permiten simplificar la infraestructura de seguridad de sus clientes al eliminar la necesidad de múltiples dispositivos de seguridad y productos de software independientes”, cuenta Castelo.

Palo Alto ha realizado adquisiciones estratégicas para impulsar su crecimiento en los últimos años y ha ido adquiriendo empresas como Cider Security -pionera en seguridad de aplicaciones y seguridad de la cadena de suministro de software-, Bridgecrew, Prisma Cloud -primera plataforma de seguridad en la nube en brindar seguridad en todo el ciclo de vida de la aplicación-, Crypsis Group, Light Cyber, Morta Security y Cyvera. Pese a esta intensa política de compras, dispone de un fuerte balance, con una caja neta de 3.350 millones de dólares a 31 de enero, por lo que podría seguir realizando adquisiciones estratégicas en los próximos años.

“Aquí, en Europa también hay buenas empresas, como la británica DarkTrace, pero es una de las pocas que cotiza, porque la mayoría son empresas subsidiarias de otras grandes corporaciones -como es el caso de Stormshield, propiedad de Airbus- o simplemente, no cotizan”, sentencia.