La Reserva Federal de Estados Unidos en general y el Comité del Mercado Abierto de la Fed, en particular bajo la presidencia de Jerome Powell, comienza este lunes su reunión de dos días que podría terminar mañana por la tarde en hora española con una nueva subida de los tipos de interés en Estados Unidos en 75 puntos básicos.

Así, de cumplirse con la expectativa, la banda del precio del dinero americano se colocaría entre el 3,75 y el 4%. Ahora mismo, tras la subida de tres cuartos de punto en septiembre se colocan entre el 3 y el 3,25%. De forma efectiva y real se colocan en concreto en el 3,08% al cierre del pasado viernes.

Eso es lo que ahora mismo se descuenta por el mercado, por lo que, cualquier cambio efectivo sería toda una bomba para unos mercados, que se encuentran con las espadas en alto, pero, desde la pasada semana, cuando se filtraban informaciones sobre que las subidas hawkish mantenidas hasta ahora podrían empezar a menguar en su cuantía desde diciembre, solo se miran con lupa los datos para ver si refrendan esta posibilidad.

De hecho, los dos últimos datos con más peso nos mostraban un crecimiento por encima de lo esperado en tasa anualizada en Estados Unidos en el tercer trimestre del año: 2,6% que, por lo menos, aunque sin más alaracas, habría compensado la contracción en la que se ha visto inmersa la primera economía del mundo en el primer semestre.

Aunque su letra pequeña, tampoco es para tirar cohetes. En especial en lo relativo a la inversión en vivienda, uno de los grandes debes de la economía americana que hace aguas por todas partes. Cayó un 26% entre julio y septiembre. Un descenso que, desde Citi, consideran nada menos que “monstruoso”, como nos cuenta Bloomberg. Y todo mientras se ralentiza el consumo de los particulares, que apenas crece medio punto, en términos reales frente al 2,6% de aumento que mostraba de media en los años anteriores a la pandemia.

El otro dato nos lleva a mirar a la referencia preferida de Jerome Powell para seguir al enemigo público número uno, la inflación. Hablamos del índice de precio de gastos de consumo personal subyacente, que ha crecido, como conocíamos el pasado viernes, medio punto hasta el 5,1% donde se colocaba tras descontar alimentos frescos y energía, una décima por debajo de lo esperado.

La encuesta de expertos de Reuters, en la que gana por abrumadora mayoría una subida de los tipos de interés de 75 puntos básicos para esta cita con 86 de los 90 cuestionados va más allá. Destacan que, hasta que la inflación no caiga a la mitad desde sus niveles actuales, la Fed no hará una pausa en la subida de tipos.

De hecho, para marzo de 2023, los analistas consultados por Bloomberg esperan que el nivel de los tipos en EEUU alcance el 5%, con lo que, la mirada a la recesión que muchos apuntan, como volvía a hacer esta semana el CEO de Goldman Sachs David Solomon, será más que probable. En otras palabras: o baja la inflación, o los tipos, más que le cueste a la economía un crecimiento negativo profundo, seguirán subiendo.

Y es que, no olvidemos que la profundidad de una posible recesión es básica, ante la verticalidad de unas subidas que comenzaban con 25 puntos básicos en el pasado mes de marzo, pero que no han conseguido, a pesar de rebasar el 3% dar un golpe mortal a las subidas galopantes de los precios de consumo. Todo ello bajo estas subidas de tipos, las que han adquirido al otro lado del Atlántico su ritmo más rápido desde la década de los 80.

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