A este giro deflacionista le queda recorrido, pero podría terminar dando lugar a una coyuntura más inflacionista cuando las economías se recuperen y la intervención monetaria se mueva con mayor rapidez por el sistema, incluso si los tipos reales se mantienen bajos por las acciones de los bancos centrales.

A muy corto plazo, Fidelity considera que se está abriendo una brecha entre los ganadores y los perdedores de esta crisis y los inversores se han vuelto más exigentes con lo que compran: la búsqueda indiscriminada de rendimientos que ha presidido una década de tipos bajos ha acabado.


Los efectos sobre la demanda se dejan sentir en el uso del coche en EE.UU. y otras áreas

Aunque los mercados siguen estabilizándose e incluso muestran señales de recuperación, están surgiendo nuevos datos sobre el impacto de la paralización de las economías en el mundo real. Los mercados de petróleo sufrieron esta semana una fuerte oleada de ventas técnicas, si bien fueron desencadenadas por unos fundamentales débiles.

“Algunos vehículos de inversión colectiva que ofrecen exposición al petróleo tuvieron que renovar su exposición de cara al mes siguiente, lo que elevó la presión vendedora en el contrato de futuros actual y hundió al precio al no aparecer compradores. La necesidad de almacenamiento en un contexto de exceso de oferta y la abrupta caída de la demanda han sido los factores clave”, señala Andrew McCaffery, CIO global de gestion de activos.

Los analistas de Fidelity han estado siguiendo varios indicadores de alta frecuencia para determinar el impacto económico del Covid-19, como las ventas de gasolina y el número de kilómetros recorridos en EE.UU. Cuando las restricciones se impusieron en marzo, las grandes ciudades estadounidenses registraron un descenso entre el 25% y el 30% en el uso del coche, que desde entonces posiblemente ha descendido aún más.

Las bolsas muestran optimismo

En opinión de la gestora, las bolsas se muestran optimistas actualmente a la vista del grado de incertidumbre en torno a la evolución del virus y la probabilidad de una recuperación en U más lenta y prolongada a medida que las cosas vuelvan a la normalidad.

Probablemente surjan más oportunidades conforme se vayan aclarando las perspectivas económicas, pero sigue siendo importante estar atentos a los balances y a la supervivencia, en lugar de poner el foco únicamente en las previsiones de beneficios a medida que avance la temporada de resultados del primer trimestre.


Las acciones de la Fed se salen de la gráfica

Los binomios riesgo-recompensa parecen más atractivos en algunas áreas del mercado de renta fija. Aunque la liquidez continúa dando problemas en algunas áreas y los costes de las operaciones siguen siendo elevados, el enorme tamaño, la escala y el alcance de la intervención de los bancos centrales han calmado a los mercados y han ayudado a estrechar los diferenciales de los bonos.

Además de la intervención monetaria, EE.UU. ha aprobado ayudas fiscales por valor de 2 billones de dólares, con 484.000 millones de dólares adicionales aprobados por el Senado y a la espera de aprobación por la Cámara de Representantes. A pesar de esta enorme intervención, en Fidelity son precavidos sobre la dirección de los mercados de renta fija a partir de ahora.

Se mantiene la incertidumbre en torno a las tasas de impago

Los gestores de fondos internacionales de Fidelity prefieren actualmente los bonos investment grade de alta calidad a los bonos high yield, y están evitando los “ángeles caídos” cuyas calificaciones podrían descender hasta high yield. Los bonos investment grade presentan un menor apalancamiento que los high yield y su binomio riesgo-recompensa durante una recesión suele ser más atractivo, a la vista de la mayor transparencia en torno al riesgo de impago en la deuda investment grade.

“Los diferenciales de los bonos high yield globales se habían ampliado hasta un máximo de 1100 puntos básicos, pero desde entonces se han estrechado hasta 770. Si tomamos este diferencial y retrocedemos hasta un escenario de cinco años de impagos acumulados, tenemos una tasa de impago acumulada del 20%, pero sigue habiendo todavía mucha incertidumbre en torno a dónde se encuentra la tasa real”, apunta Steve Ellis, CIO global del área de Renta Fija.

Aunque las rentabilidades previstas de los bonos high yield podrían ser más difíciles de calibrar, el mercado descuenta gran parte de las malas noticias y en algunas áreas, como China y Asia, los inversores han vuelto a tomar posiciones. En los mercados emergentes, por su parte, los diferenciales en divisa fuerte se han ampliado sustancialmente, por ejemplo desde 300 hasta más de 600 puntos básicos en el EMBI Global Diversified Index.

En muchos casos ha estado justificado, pero las ventas han sido indiscriminadas, lo que ha creado oportunidades en la deuda pública investment grade con vencimientos más largos. Sin embargo, los inversores que han regresado al mercado han sido más selectivos y han demandado primas más altas para la deuda de mayor riesgo que en el pasado reciente.


Los rendimientos reales persistentemente negativos podrían ser la nueva normalidad

La deuda total en circulación ronda actualmente los 265 billones de dólares en todo el mundo, por lo que los bancos centrales tendrán que mantener los tipos reales bajos o reducirlos aún más para poder seguir atendiendo los pagos de la deuda.

En lugar de eso, probablemente haya mayor control de la curva de
tipos y monetización de la deuda, lo que podría dar lugar a un punto de onsidere en el dólar estadounidense. A medio-largo plazo, se considera que podría aparecer la inflación de los precios de los activos mientras que la demanda sigue siendo débil, el resultado será la esta inflación. Este efecto podría verse agravado por tendencias como la desglobalización a medida que más y más cadenas de suministro pasen a ser locales.

Sin embargo, tras el choque inmediato en la demanda y dado que este seguirá dejándonos datos, la gestora concluye diciendo que los inversores tal vez quieran c
onsiderar una combinación de exposiciones: tener en cartera empresas que podrían beneficiarse de un movimiento al alza en V, al tiempo que contemplan una recuperación más lenta en forma U y mantienen liquidez de forma táctica para aprovechar las oportunidades específicas que podrían surgir.