La divisa india atraviesa uno de sus momentos más delicados de los últimos años. En un contexto global marcado por tensiones comerciales, movimientos de capital volátiles y una política monetaria internacional todavía restrictiva, la rupia se ha consolidado como la de peor desempeño en la región durante 2025. Las perspectivas para 2026 no resultan más alentadoras y mantienen en alerta a inversores, autoridades y empresas.

La combinación de salidas persistentes de capital extranjero, la falta de avances en las negociaciones comerciales con Estados Unidos y un entorno geopolítico incierto han lastrado la evolución de la rupia. 

Aunque la economía india continúa mostrando tasas de crecimiento superiores a muchas de sus homólogas, su moneda refleja con claridad las tensiones externas que amenazan ese dinamismo.

La debilidad de la rupia se ha hecho evidente a lo largo del año. Tras comenzar 2025 en torno a las 85,6 unidades por dólar, la divisa ha ido perdiendo valor de forma progresiva hasta superar la barrera psicológica de las 90 rupias

En apenas unas semanas, el tipo de cambio llegó a rozar niveles cercanos a 91, situándose recientemente alrededor de 89,6 por dólar, pese a algunas intervenciones puntuales del banco central.

Un escenario condicionado por la política comercial

Uno de los factores clave detrás de esta evolución ha sido la prolongación de las negociaciones comerciales entre Nueva Delhi y Washington. India se encuentra entre los países con mayores aranceles efectivos, con gravámenes que alcanzan el 50% y superan incluso los aplicados a China en determinados sectores. Esta situación ha reducido la competitividad de las exportaciones indias hacia Estados Unidos, su principal mercado externo.

Tras la entrada en vigor de nuevos aranceles a mediados de año, las ventas al exterior se resintieron de forma notable durante septiembre y octubre, con caídas de dos dígitos en términos interanuales. Aunque en noviembre se observó un repunte significativo, el daño a la confianza de los inversores ya estaba hecho. 

Analistas de entidades internacionales coinciden en que cualquier recuperación sostenida de la moneda dependerá en gran medida de un acuerdo comercial que aporte certidumbre.

Salidas de capital y presión sobre el tipo de cambio

La reacción de los mercados financieros ha sido contundente. Los inversores extranjeros en cartera han retirado cerca de 18.500 millones de dólares de las acciones indias en lo que va de año, según datos del depositario nacional de valores. Estas salidas han convertido a la rupia en la divisa con peor comportamiento de Asia en 2025, en contraste con monedas de economías vecinas que han mostrado mayor estabilidad.

A diferencia de crisis pasadas, la presión actual no se explica por un desequilibrio extremo en la balanza por cuenta corriente. Las previsiones apuntan a un déficit moderado, situado entre el 1% y el 1,5% del PIB, un nivel considerado manejable. El problema reside, principalmente, en la percepción de riesgo asociada al entorno comercial y a la incertidumbre política internacional.

Previsiones poco optimistas para 2026

Las estimaciones de grandes firmas de análisis refuerzan este diagnóstico. Tanto Nomura como S&P Global Market Intelligence anticipan que la rupia podría depreciarse hasta niveles cercanos a 92 por dólar antes de que finalice marzo de 2026. 

Aunque algunos expertos consideran que la divisa está actualmente infravalorada, cualquier corrección al alza estaría supeditada a señales claras de mejora en las relaciones comerciales con Estados Unidos.
Esta situación plantea un desafío para las autoridades monetarias. Por un lado, una moneda más débil encarece el coste de las importaciones y puede alimentar presiones inflacionarias, especialmente en un país dependiente de la energía y de determinadas materias primas. 

Por otro, una rupia depreciada mejora la competitividad de las exportaciones y puede amortiguar el impacto de la desaceleración global.

El papel del banco central y los riesgos a medio plazo

El Banco de la Reserva de la India ha reiterado en varias ocasiones su preferencia por permitir que las fuerzas del mercado determinen el tipo de cambio

No obstante, ante episodios de volatilidad extrema, la institución ha intervenido de forma decidida para frenar movimientos abruptos que pudieran desestabilizar el sistema financiero. A principios de diciembre, estas actuaciones ayudaron a contener la caída, aunque sin revertir la tendencia de fondo.

Para los inversores internacionales, la depreciación de la rupia es un arma de doble filo. Algunos ven en el actual nivel una oportunidad de entrada en activos indios, mientras otros temen que una debilidad prolongada, unida a la incertidumbre comercial y fiscal, erosione las perspectivas de crecimiento a medio plazo. 

El comportamiento de la divisa en los próximos meses será, por tanto, un termómetro clave de la confianza global en la quinta economía del mundo.