A pesar de la imagen internacional de Chile como una economía próspera y estable, las protestas revelaron importantes problemas estructurales, entre ellos, el elevado costo de la educación, las pensiones insuficientes del sistema privatizado y el acceso limitado a una atención sanitaria de calidad. Políticos de todos los partidos prometieron rápidamente una nueva constitución para reemplazar la redactada durante la dictadura de Augusto Pinochet en 1980, la cual afianzó las políticas económicas neoliberales y limitó el papel del Estado en el bienestar social.
Retrocesos constitucionales
El gobierno del presidente Gabriel Boric intentó responder al descontento ciudadano impulsando dos referendos constitucionales, pero ninguno prosperó. El primer referéndum, celebrado en 2022 y liderado por sectores progresistas, propuso reformas que incluían el reconocimiento de los territorios indígenas, la reestructuración del poder judicial y la ampliación de los derechos sociales. Fue rechazado de forma contundente por un 62â¯% de los votantes, que consideraron las medidas excesivamente ambiciosas y económicamente inviables.
Un segundo intento a finales de 2023, liderado por grupos conservadores, también fracasó. Aunque Boric no lideraba este segundo intento, su firme apoyo a la reforma constitucional lo convirtió en blanco fácil de críticas. Su administración cargó con gran parte de la culpa, lo que debilitó significativamente tanto su credibilidad como la posición de la centroizquierda chilena.
Revestimientos de plata
Si bien no logró impulsar estas cruciales reformas constitucionales, el gobierno de Boric logró algunos éxitos. Bajo su liderazgo, la economía de Chile recuperó la estabilidad tras un período de alta inflación, que había alcanzado un máximo del 14â¯% en 2022 y se redujo a aproximadamente un 3â¯% a finales de 2023.
Las previsiones apuntan a una normalización sostenida, en contraste con muchos países vecinos de Sudamérica, donde la inflación sigue siendo un desafío importante. El gobierno mantuvo un estricto control del gasto, logrando que la deuda pública se mantuviera por debajo del 45â¯% del PIB, un desempeño mejor que el de muchas economías comparables.
El sector de exportación de servicios también creció, beneficiándose de la ubicación geográfica de Chile, sus costos relativamente bajos y la coincidencia de horarios con Estados Unidos. Además, los recientes cambios políticos en Argentina han mejorado las perspectivas de integración comercial a nivel regional.
Chile ha intensificado sus esfuerzos para diversificar su economía, con un enfoque en la minería y la infraestructura energética. Las inversiones en extracción de litio y en desalación de agua de mar aumentaron significativamente. Al mismo tiempo, los proyectos de energías renovables, especialmente en solar y eólica, muestran un gran potencial, aunque la infraestructura de transmisión sigue siendo un cuello de botella. Agilizar los procesos de permisos y modernizar la infraestructura energética siguen siendo pasos clave para avanzar en el desarrollo futuro. Entre las oportunidades a largo plazo, el hidrógeno verde ha surgido como un sector prometedor para el desarrollo económico sostenible.
Reforma de las pensiones
El mayor logro del gobierno de Boric fue una reforma integral del sistema de pensiones, aprobada por el Congreso en enero de 2025 tras décadas de estancamiento. Esta reforma se perfila como uno de los legados más destacados de su administración. El acuerdo fue fruto de un amplio consenso político, que incluyó el apoyo de partidos de centroderecha moderada, y mejoró de forma significativa la equidad y la sostenibilidad del sistema:
Aborda la brecha de género garantizando pensiones equitativas para hombres y mujeres con ahorros comparables. Quienes cumplan un número mínimo de años de cotización recibirán, además, pagos mensuales adicionales.
La pensión estatal, conocida como Pensión Universal Garantizada, se incrementará hasta alcanzar el equivalente a unos 250.000 pesos chilenos (aproximadamente 255 dólares estadounidenses). Este aumento se aplicará de forma gradual, comenzando por los grupos de mayor edad.
A partir de 2027, los actuales fondos con perfil de riesgo fijo se transformarán en “fondos generacionales”, que ajustarán automáticamente el nivel de riesgo según la edad de los cotizantes.
Para reducir las tarifas y mejorar la competencia, un pequeño porcentaje de los afiliados será reasignado cada dos años, de forma aleatoria, a la administradora con menores costos, salvo que opten por permanecer en su proveedor actual.
Problemas persistentes
A pesar de la relativa estabilidad de los principales indicadores económicos y de una exitosa reforma a las pensiones, esto hizo poco para contrarrestar la desilusión general de los ciudadanos chilenos. Además del fracaso en la reescritura de la constitución, el aumento de los índices de criminalidad y la violencia vinculada a actividades de pandillas se han convertido en preocupaciones públicas importantes. La inmigración ilegal, especialmente desde Venezuela y Haití, también ha surgido como un tema políticamente divisivo. El presidente Boric y su gobierno han sido criticados repetidamente por parecer "blandos con el crimen e ingenuos en materia fronteriza".
La presión económica que siente la población se agravó aún más con los sucesivos aumentos en los precios de la electricidad. Al expirar los subsidios eléctricos implementados durante la pandemia (originalmente introducidos para congelar las tarifas y aliviar la carga de los hogares durante el COVID-19), el gobierno aplicó tarifas para abordar la deuda resultante de aproximadamente 6 mil millones de dólares acumulada por las empresas de servicios públicos. De manera sorprendente, estos aumentos temporales pasaron sin protestas significativas, lo que sugiere que la izquierda política logró contener el posible descontento entre su base tradicional. Aun así, afectaron duramente a los ciudadanos, socavando aún más la confianza en el gobierno actual.
El crecimiento del PIB se mantuvo entre el 2% y el 2,5% anual, por debajo de las expectativas. Los partidos de oposición culpan al gobierno de Boric por no lograr un mejor desempeño económico y proponen medidas como la reducción de los impuestos corporativos y la eliminación de trabas regulatorias para alcanzar un crecimiento anual del 3%.
El envejecimiento demográfico se está convirtiendo rápidamente en otro desafío estructural para la productividad y la sostenibilidad fiscal del país, lo que podría generar una presión adicional sobre el nuevo marco de pensiones. Además, el mercado laboral sigue siendo débil, en parte porque sectores clave de inversión como la minería y la energía generan poco empleo en comparación con la construcción o el comercio, lo que alimenta el apoyo a alternativas políticas de derecha.
Nostalgia autoritaria
En medio de una creciente insatisfacción, las elecciones presidenciales de 2025 han sido marcadas por un ascenso de candidatos de derecha que apelan a la nostalgia por la era autoritaria de Pinochet, a pesar de su historial de violaciones a los derechos humanos:
José Antonio Kast, quien perdió ante Boric en 2021, es un admirador declarado de ciertos aspectos del régimen de Pinochet, especialmente en cuanto a la liberalización económica y las políticas de seguridad. Kast promueve medidas estrictas contra la inmigración y defiende valores sociales conservadores tradicionales.
Johannes Kaiser, otra figura radical de derecha, elogia abiertamente partes del régimen de Pinochet y utiliza con frecuencia una retórica provocadora que atrae a votantes frustrados por el crimen y la inmigración. Su estilo confrontativo resuena con un sector de la sociedad chilena que anhela un orden de corte autoritario.
Evelyn Matthei, actual alcaldesa de Providencia, es vista como una candidata conservadora pragmática. Matthei aboga por una postura firme frente al crimen y la inmigración, mientras mantiene una línea económica liberal. Su conservadurismo moderado atrae a votantes de centro que buscan estabilidad sin caer en discursos autoritarios extremos.
En la izquierda, la coalición se ha unido en torno a Jeannette Jara, figura del Partido Comunista con una sólida trayectoria en la gestión de reformas previsionales exitosas. El pragmatismo de Jara, demostrado durante su gestión como ministra del Trabajo, le ha valido reconocimiento incluso fuera de su base política. Sin embargo, su candidatura podría dividir el voto de la izquierda, dificultando su camino a la presidencia y potencialmente abriendo la puerta a un balotaje entre dos candidatos de derecha.
Aunque los candidatos extremistas han ganado visibilidad, se esperaba que la ciudadanía chilena optara por una política más centrista. La implementación del voto obligatorio en 2025 debía favorecer a los candidatos moderados.
Sin embargo, encuestas recientes muestran que José Antonio Kast lidera la carrera presidencial con un 25% en intención de voto, seguido de cerca por Jeannette Jara con un 24%, mientras que la más moderada Evelyn Matthei queda rezagada con un 12%. El creciente apoyo a Kast subraya un apetito persistente por posturas duras en temas como crimen e inmigración, mientras que el desempeño constante de Jara refleja un respaldo firme a su enfoque de izquierda pero pragmático. Matthei, quien alguna vez fue vista como un puente entre moderados y conservadores, parece estar perdiendo terreno. A pesar de su competencia administrativa y tono moderado, está siendo superada tanto por el enfoque duro de Kast como por la campaña disciplinada de Jara.
La lucha interna de Chile desde el estallido social de 2019 evidencia sus múltiples contradicciones: la estabilización económica y las reformas a la pensión coexisten con una profunda desilusión social y una creciente fragmentación política. Aunque el gobierno de Boric logró avances económicos relevantes, persisten problemas significativos no resueltos como el fracaso de la reforma constitucional, las preocupaciones en materia de seguridad, la presión demográfica y las divisiones políticas, que siguen influyendo en el sentir ciudadano y en las preferencias electorales. La dirección que elijan los votantes en 2025 determinará si prevalecerá la moderación o si serán los extremos políticos quienes definan el próximo capítulo de Chile.