Lejos están ya los 100.000 millones de capitalización bursátil que Inditex llegó a superar en otoño del año pasado. La compañía acumula una caída de un 22% en lo que va de año que ha dejado su capitalización bursátil en los 67.756 millones de euros.
Un comportamiento que tiene mucho que ver con el impacto de la invasión rusa de Ucrania el 24 de febrero, hace casi siete meses. A principios de marzo, el gigante minorista anunciaba que había decidido cerrar sus 502 tiendas en Rusia, su segundo mercado después de España, con más de 9.000 empleados, como consecuencia de este conflicto bélico.
Y cuando parecía que comenzaba a remontar, el entorno macroeconómico ha vuelto a lastrar la cotización. Tal y como explica Araceli de Frutos, de Araceli de Frutos EAFI, las últimas caídas “obedecen al entorno inflacionista”. La compañía se enfrenta a “más presión de costes sobre la compañía y la incapacidad de trasladarlo a los consumidores”. “Recordemos que Inditex no se puede asemejar a una compañía de lujo”, apunta la experta, sino que “el perfil de sus clientes no le hace tener ese poder de fijación de precios” que le permita “subir precios para mantener los márgenes y compensar los costes”.
Frente a esta presión, De Frutos señala que Iberdrola “está en un sector en el que sigue habiendo buenas previsiones o expectativas de demanda: vamos a tener que seguir consumiendo energía”. A ello se suma que “el mix de negocios en renovables y el mix que tiene geográfico también le hacen tener más atractivo” situándose además en “un sector menos volátil”.
El comportamiento de Iberdrola en el Ibex 35 está siendo modesto, con una revalorización acumulada en lo que va de 2022 de un 6%, que le permite no obstante alcanzar una capitalización bursátil de 67.183 millones de euros.